El Museo Militar de Menorca, principalmente dedicado a la artillería, estaba de alguna forma en deuda con la infantería. Sus responsables han puesto fin a ese desequilibrio entre sus fondos con la inauguración de una nueva sala que abarca 3.500 años de historia, desde la época del hondero balear hasta el soldado actual, explica el director del museo, el capitán Javier Girona.
Un viaje a través de la figura del combatiente en doce etapas históricas, que culmina en el tiempo con la exhibición de elementos de última tecnología, como las gafas de visión nocturna. La sala, que se convierte en la decimonovena del espacio museístico de Es Castell, tiene en sus 80 metros cuadrados huecos reservados también para mostrar la evolución de las armas fusiles y espacio dedicado a recordar las misiones militares realizadas en el extranjero por los menorquines en el siglo XX, desde las campañas en África hasta la misión humanitaria en Bosnia-Herzegovina.
El proyecto se ha ido gestando poco a poco durante los últimos tres años, un periodo dedicado principalmente a recopilar los elementos que ahora se exhiben, algunos de ellos fruto de donaciones, pero muchos otros adquiridos. Para hacer la visita más completa, los responsables del museo han editado un libro de sala con información complementaria sobre la exposición.
El acto de inauguración oficial de la sala, que ya se puede visitar, contó ayer con la participación del comandante general de Balears, Casimiro Sanjuán, quien se desplazó desde Palma para la ocasión.
La nueva sala supone un impulso para el Museo Militar, que de media recibe al año unos 3.000 visitantes, la mayoría de ellos extranjeros, y entre estos principalmente ingleses, italianos y franceses. «Son un tipo de turistas que llegan con la visita cultural programada», confiesa Girona, quien sostiene que en Menorca hay que trabajar para conseguir «que se combine la oferta de sol y playa con la de la cultura».