El fuerte viento registrado ayer en Menorca trajo de cabeza a los responsables del parque eólico de Es Milà. Las rachas superiores los 90 kilómetros por hora a los 50 metros de altura a la que se sitúan los molinos hicieron saltar el sistema de protección y parar la producción de energía justo en los días en que más se podría generar.
Al detectar las vibraciones en la estructura, los aparatos se detienen de forma preventiva durante cinco minutos. El sistema está previsto que se reanude automáticamente cuando pasa ese tiempo (por si se trata de una racha aislada), pero el viento persistió ayer y lo hizo cambiando de dirección lo que aún dificultó más el normal funcionamiento de las instalaciones, según explicó ayer el responsable de operaciones del parque, Rafael Muñoz.
Teóricamente los técnicos pueden reanudar los molinos de forma telemática desde sus casas o desde la central de control de la península, sin embargo, «las comunicaciones también han fallado», explicó Muñoz , lo que les obligó a desplazarse, prolongando el parón de los molinos del parque menorquín. Las máquinas detuvieron su actividad durante toda la jornada de Navidad y, aunque la reanudaron a las ocho de la mañana de ayer, volvieron a detenerse dos horas y media después.
El límite
La instalación está pensada para que funcione con vientos de hasta 87 kilómetros por hora, y esa velocidad «se ha superado», según explicó ayer Muñoz, quien lamentó que «es una pena porque podía haber sido un día ideal para funcionar a tope».
A esa circunstancia se le suma el fallo en el funcionamiento de la red 'wimax' que nutre al parque, lo que no permitió el control remoto de la instalación, alargando las horas en que la producción de energía se detuvo.