El cartero real fue muy puntual ayer en su llegada en barco al puerto de Maó. Le esperaba un ambientazo en la zona del Pla de Baixamar. Acompañado por la Xaranga de Maó, el enviado de los Reyes de Oriente subió hacia el centro de la ciudad, en un recorrido en el que no se cansó de saludar y repartir sonrisas.
Mientras, en el Teatre Principal se concentraba un gran bullicio y expectación. Para que la espera no se hiciera tan pesada para las familias y los niños, desde las 17.30 horas y hasta la llegada del cartero real sonó música de Navidad, hubo actuaciones de las alumnas de Alba Estudi de Dansa, que incluso protagonizaron un flashmob, i Joana Morro contó algunos de sus cuentos.
Más gente que otros años
El ambiente estaba muy animado, cuando, faltando un cuarto de hora para las siete de la tarde, llegó el cartero real al Teatre Principal, acompañado por los músicos de la Banda de Música de Maó. El público congregado le abrió paso, con un espontáneo pasillo, por lo que el enviado de los Reyes de Oriente pudo acceder al escenario, dónde se sentó en su mágico sillón y con un saco para depositar las cartas con los deseos de los más pequeños.
Uno a uno, los niños y niñas fueron subiendo al escenario para saludar al cartero real y entregarle sus sobres, acompañados para subir y bajar de los cariñosos Llumets, mientras los papás y mamás tomaban fotos del momento desde la platea. Según la gerente del Principal, Virginia Victory, la afluencia de público familiar ayer superó toda expectativa. «Es el tercer año que organizamos la visita del cartero real y de cada vez viene más gente. Ha sido espectacular», valoró. El cartero se fue cargado de cartas de los niños menorquines para entregarlas a Sus Majestades.