Dos años después del armisticio Carbonero-Barceló que cerró en falso su crisis interna, el PSOE-Ciutadella se desangra, con un grupo municipal desorientado y con poco peso en los plenos y un sector crítico -ahora alineado con la ejecutiva insular- que cuenta los días para dar el golpe de gracia que aparte a la actual secretaria general de las listas. «Pilar Carbonero tuvo la oportunidad de su vida al gobernar y tras las elecciones (perdió 800 votos y un concejal) quedó sentenciada», dice un histórico militante, ávido de que Joana Barceló se postule de una vez, «porque está clarísimo que debe ser nuestra candidata en 2015».
«Nos quema ver como Joan Triay hace más por sí solo que nuestros cinco concejales juntos. Por eso, cualquiera es válido con tal de que no salga de nuevo Pilar», dice otro afiliado de los que irrumpieron por sorpresa en el congreso insular para contravenir el apoyo que Carbonero había garantizado a Marc Pons y dar a Vicenç Tur los votos necesarios para ganar.
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