El historiador Josep Portella está ultimando un completo estudio biográfico sobre los exiliados menorquines de la Guerra Civil. En la obra, en la que lleva trabajando cinco años, se incluirán las biografías de los menorquines, que por una causa u otra, tuvieron que fijar su residencia en el extranjero por culpa de la contienda.
El historiador calcula que puede haber 850 menorquines o personas vinculadas con la Isla que tuvieron que exiliarse. La mayoría de ellos, unos 650 (entre los cuales había 60 niños), partieron el 9 de febrero de 1939 con el buque inglés «Devonshire» destino a Marsella. Otros 73 menorquines marcharon ese mismo día con el velero Carmen Picó rumbo a Argelia. El resto, se trata de militares o civiles que durante la guerra se encontraban en la Península.
Este estudio vendrá a completar la colección iniciada por el propio Portella titulada Llibres d'exilis, que incluyen las biografías de ilustres menorquines que tuvieron que exiliarse tras la guerra. De momento ha publicado cuatro libros con una decena de biografías, y el próximo mes de abril saldrá a la venta una obra dedicada a uno de los más importantes traumatólogos del mundo Ignasi Ponsetí Vives (Ciutadella, 1914-2009).
«En principio pensaba hacer un trabajo con una docena de biografías y a medida que publicaba los libros pensaba que era un poco injusto que solo me fijara en los personajes importantes, y no hiciera caso a los anónimos», explica Portella. De momento tiene confeccionadas más de 300 biografías y datos para hacer 350 más. Para ello ha tenido que hablar con exiliados y familiares (ha hecho más de 200 entrevistas y recopilado unas 4.000 fotografías) y mucho trabajo de hemeroteca. «Cada persona es un mundo», por lo que hay todo tipo de historias, explica el historiador. Algunos marcharon y murieron en campos de concentración, otros participaron en la Guerra Mundial, algunos regresaron pronto a Menorca, mientras que muchos no lo hicieron hasta que Franco murió. Cerca de 400 quedaron en Francia. El otro gran destino fueron los países de América Latina que acogieron a unos 70 menorquines.
El estudio incluirá también un capítulo para explicar algunos casos de menorquines desterrados fuera de Menorca y otro en el que se expondrán algunos ejemplos de isleños que estuvieron presos en cárceles de la Península.
El saber la historia no merma para nada la opinión de cada cual, al contrario es enriquecedora para comprender donde nos encontramos actualmente. Al hilo de los proyectos historicos de Beb Portella desearía añadir lo siguiente: El cónsul británico en Mallorca Alan Hillgarth 1936-1939 fue el artífice para usar el Devonshire como transporte de los republicanos que se exiliaron a Francia via Cataluña. Este mismo Cónsul británico mantuvo informado al foreign office durante la contienda nacional de todos los movimientos del trasporte marítimo que utilizaban navíos, tropas y armamento los italianos en Mallorca. No olvidemos los proyectos y andanzas del Conde Rossi sobre las Baleares. (Escritos por el historiador Josep Massot i Muntaner) Mi padre Pedro Vizcaino como proveedor de los buques extranjeros que llegaban a Palma facilitaba la información portuaria al cónsul británico y mas tarde 1940-1945 a Mr Patterson quién reemplazo a Hillgarth en las mismas funciones. Alan Hillgarth vuelve a surgir en “El tiempo entre costuras” como responsable del espionaje británico en Madrid y enlace de la protagonista Sira. No olvidemos que las Baleares eran puertos importantes para el trafico marítimo en la II guerra mundial.