l pregón de Semana Santa en la iglesia del Carme de Maó se inició ayer a la misa hora que el partido de fútbol de la liga de campeones. La iglesia se llenó para escuchar al obispo Sebastià Taltavull, en el acto organizado por la junta de cofradías. Diego González, presidente de la Cofradía de la Piedad y Sant Joan Evangelista, saludó a los asistentes y Ángeles Camps presentó al pregonero de este año. El obispo de Menorca, Salvador Giménez, asistió al pregón.
Compromiso social
El pregón de Sebastià Taltavull animó a los cofrades a ser auténticos, sentir la Iglesia y ejercer la misión de mostrar en público la fe que les ha de motivar. Dijo que ser cristiano «no es un vestido que se pone y se quita, sino que siempre va consigo, de día y de noche». También invitó a los miembros de las cofradías a formarse mejor -dijo que en algunas zonas de España para ser cofrades hay que hacer unos cursos- y, además de participar en la liturgia y los sacramentos, comprometerse con una causa social, es decir a favor de los más pobres. De hecho les pidió coherencia entre lo que viven y lo que celebran «porque es lo que nos hace creíbles ante la sociedad».
Valoró el incremento de participación de las cofradías, especialmente de los jóvenes, pero recordó que no se puede ser cofrade y no sentirse miembro de la Iglesia. Por eso comentó que «la procesión es un peregrinaje, no un desfile» y añadió que esta peregrinación comporta «confianza, austeridad y espíritu solidario».
Fue especialmente interesante su interpretación de cada uno de los pasos de las siete cofradías. A cada una de ellas le preguntó «¿que nos queréis decir y qué queréis decir a nuestro pueblo?» cuando salen a la calle en las procesiones.
Con palabras del Papa, se refirió a que no tiene sentido celebrar más la cuaresma que la Pascua. Y concluyó con palabras esperanzadoras del Papa, con tres propuestas: vivir la autenticidad de Jesús; vivir la Iglesia y vivir el ardor de su misión.