Los menorquines son los residentes del Archipiélago balear que menos confianza muestran en la correlación entre el incremento de la ocupación hotelera y la mejora de la llamada rentabilidad social, entendiéndola como creación de puestos de trabajo y aumento del bienestar. Lo muestra el último cuaderno publicado por la Fundación Gadeso, en esta ocasión centrado en la opinión ciudadana sobre la actividad turística.
El estudio, realizado a partir de encuestas en las tres islas, sitúa a Menorca como el territorio balear con menos esperanza en el turismo. El 79 por ciento de los encuestados este mismo verano dan por hecho que esta temporada crecerá la ocupación hotelera, el porcentaje más bajo del Archipiélago, donde la media se alza hasta el 82,7 por ciento.
Preguntados sobre los efectos de ese aumento de la ocupación hotelera, el 64 por ciento de los menorquines entiende que incrementará los beneficios empresariales, la cuenta de resultado de los establecimientos de alojamiento, pero tan solo el 12 por ciento considera que provocará también un aumento de la rentabilidad social. Ese porcentaje se eleva hasta el 15 por ciento en el conjunto de Balears.
La complementaria
Tampoco son más halagüeñas en ese sentido las respuestas en relación a la marcha de la llamada oferta complementaria, los sectores cuya actividad está directamente relacionada con el turismo. Tan solo el 27 por ciento de los encuestados considera que en esta temporada 2014 mejorará el gasto turístico, un porcentaje que en Mallorca se eleva hasta el 34 por ciento y en Eivissa hasta el 36 por ciento.
De esa minoría que espera que los turistas gasten más en este tipo de negocios, un 15 por ciento considera que esa mejoría tendrá efecto en la cuenta de resultados de los empresarios, mientras que solo el cinco por ciento, de nuevo el porcentaje más bajo de Balears, se muestra confiado en la rentabilidad social de ese incremento del gasto de los visitantes.