Se cumplen más de diez años desde la última revisión catastral de la mayoría de los valores inmobiliarios de Menorca pero, en lugar de afrontar su actualización -como correspondía al cabo de la década- la Gerencia Territorial del Catastro en Balears ha impulsado un «procedimiento de regulación que -precisa- no implicará una nueva revisión de los valores catastrales».
Este proceso se promueve justo ahora, tras la crisis económica, cuando más se ha devaluado el precio de mercado de la mayoría de viviendas y fincas urbanas y, por tanto, más bajos podrían ser los valores a aplicar a parte de los bienes sujetos al pago de IBI o a su tributación fiscal a través de la declaración de la Renta. De hecho, el Catastro redujo hace dos años hasta un 50% el valor de los inmuebles de Palma de Mallorca. Pero entonces ninguna administración de Menorca mostró interés en anticiparse y todas prefirieron esperar a la revisión, que aún no se ha llevado a cabo.
El plan de regulación catastral 2013-2016, puesto en marcha ahora por el Ministerio de Hacienda, pretende sobrevolar el territorio a la caza de irregularidades para así «incorporar al catastro todos los bienes inmuebles omitidos o que están inscritos de forma incorrecta». El objetivo, dice el gerente balear Luis Antonio Bachiller, es «incorporar al Catastro las obras nuevas, las reformas y los cambios de uso no declarados que atesoren cierta relevancia».