El Lazareto de Maó ha albergado la Escola de Salut Pública los últimos veinticinco años y lo hará también en el futuro, cuando las instalaciones sean de plena titularidad del Consell. El presidente menorquín, Santiago Tadeo, se comprometió ayer, en el acto oficial conmemorativo del XXV aniversario, a que los muros centenarios del islote del puerto de Maó sigan siendo punto de encuentro científico y «referente sanitario» nacional e internacional, y si cabe con un «mayor protagonismo».
El Consejo de Ministros aprobó el pasado 1 de agosto el traspaso de la titularidad y los medios del Lazareto al Govern balear para que éste lo transfiera después al Consell -recordó Tadeo-, y la institución garantiza continuidad a un proyecto, el de la Escuela de Salud Pública, que ha sido apoyado por «todos los equipos de gobierno, con independencia de cualquier ideología», subrayó, desde que inició su andadura en 1989.
Mientras en algunas aulas aún se desarrollaban los cursos y encuentros de esta edición, el Museo del Lazareto acogía ayer tarde el recuerdo -en especial para uno de sus principales impulsores, el ya fallecido Josep Miquel Vidal Hernández-, la historia y las palabras de reconocimiento, por parte de las autoridades, a todos los que han contribuido a que Menorca sea centro de debate sanitario por unos días y en un enclave tan singular. También la directora de la Escuela, Marisa Rebagliato, destacó en su intervención que en esta «experiencia colectiva» confluyan instituciones diferentes, «ejemplo vivo de que en un país de consensos y consorcios poco duraderos» sin embargo es posible el acuerdo.
Homenaje
La consellera de Bienestar Social y presidenta del consejo rector de la Escola de Salut, Aurora Herráiz, introdujo el acto oficial de conmemoración y destacó el «coraje y empeño» de quienes pusieron en marcha «un proyecto ambicioso», la escuela de salud hace 25 años.