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Menorquins al món

Joan Taltavull Zapata: «De Londres me gusta su gran oferta cultural»

El joven menorquín intenta desde hace un año abrirse camino en el mundo del arte en Inglaterra

Taltavull, con su medio de locomoción habitual, la bicicleta, en una de las zonas más modernas de la ciudad en la que vive desde hace un año | JT

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Aunque nacido en la Ciudad Condal, Joan se siente desde siempre un menorquín de pura cepa. Vivió en la Isla desde los nueve años hasta que regresó a Barcelona para completar sus estudios, una etapa que ha marcado su vida y que, como él mismo afirma, se refleja claramente en su obra como artista. E intentando hacerse un hueco en ese mundo, después de haber trabajado algunos años en el sector del diseño, se encuentra Joan, quien actualmente vive en Londres. Así nos cuenta como está siendo su experiencia.

¿Qué le llevó a mudarse a una ciudad como Londres?
— Me encontré en un momento de parón. De alguna forma sentí como la sensación de estar demasiado conforme con lo que tenía y decidí dejarlo todo en Barcelona para pasarme el verano en Menorca pintando y después ir a Londres, una ciudad muchísimo más grande, con otro idioma, con muchísima gente distinta conviviendo y con grandes posibilidades en todo.

Lleva ya un año, ¿cómo está siendo la experiencia?
— Pues justamente el pasado 21 de octubre hizo un año que me vine a vivir aquí. El otro día comentábamos con mi compañero de piso como en ese tiempo hemos mejorado muchísimo. Llegamos aquí sin un lugar donde quedarnos ni nada, y la primera semana estuvimos en casa de unos amigos. Después pasamos a vivir a un pisito en Brick Lane, sin sala de estar y con una cocina minúscula que compartíamos con otras seis personas más de todas partes del mundo. La verdad es que fueron cuatro meses apretaditos pero muy divertidos: conociendo mucha gente, la ciudad a fondo, como funciona todo por aquí… Los últimos ocho meses ya hemos estado en nuestro propio piso, muy bien situado, desde el que me muevo por toda la ciudad en bicicleta.

Por lo que cuenta, un buen balance, entonces...
— La realidad es que como experiencia está siendo increíble; es algo que recomiendo a todo el mundo. De alguna forma supone superar tu barrera de confort. No obstante, hay que decir que creo que es una ciudad dura; el clima, ya lo sabe todo el mundo, no es lo mejor del mundo, pero tampoco es terrible, uno se acostumbra. También es una ciudad movida por el dinero, pero si trabajas aquí, más o menos puedes administrarte y hacer cosillas. Tratas con muchísima gente de todo el mundo, que hace cosas muy interesantes; puedes ir a ver todo tipo de exposiciones, eventos y cosas.

¿Hay más posibilidades para ganarse la vida con el arte en Inglaterra?
— Sí. Aquí todo el mundo es consumidor de arte, de todas las edades, procedencias, estilos… Hay inauguraciones, gente pintando en directo, fiestas en las que te hacen ir a pintar, exposiciones de artistas superconsagrados, de nuevos talentos, de street artists... Todo el mundo, más o menos, sabe de artistas, de música, de teatro... O simplemente sienten de alguna forma interés por estos temas, y esto hace que la gente de tanto ver, escuchar, asistir y leer, entre otras actividades, desarrolle cierta sensibilidad a la hora de poder valorar el arte. Creo que están muy abiertos a todo lo diferente. Y todo lo que es creativo está muy bien visto y valorado. ¿Ganarse la vida? Sí, uno puede hacerlo, pero es difícil llegar a conocer la gente adecuada, mover tu obra para que sea valorada y llegar a hacer que se hable de ti y de lo que haces. Se necesita estar en todo y sobre todo se necesita tiempo.

Y en España, ¿cómo considera que está el panorama actualmente?
— Pues en realidad creo que no está tan mal como algunos piensan, pero aún se necesita este «entreno» que tiene la gente aquí de «movida de arte constante». También considero que es necesario que de alguna forma la gente empiece a creer que el consumidor de arte no es necesariamente quien compra arte, sino quien va a ver arte. Creo que poco a poco así se irá vendiendo mas.

Recientemente ha podido exponer algunas de sus obras en una galería de Nueva York. ¿Cómo resultó la experiencia?
— En esa época yo tenía muchísimo trabajo aquí en Londres y no pude ir, pero seguí muy de cerca todo estando en constante contacto con la galería. Dicen que las críticas fueron muy buenas y que muchísima gente se interesó por ver más trabajos míos, ya que les pareció una propuesta nueva e interesante.

Nacido en Barcelona, pero crecido en Menorca. La Isla tiene una presencia muy fuerte en su obras. ¿Cómo se plasma?
— Sí, por el hecho de haber crecido allí hay muchas pequeñas referencias. Como por ejemplo a la pesca, el campo, la comida, el mar, las construcciones y los detalles arquitectónicos, los barcos…

¿Cómo definiría su estilo en este momento de su carrera?
— La gente habla de surrealismo, pero a mí me gusta más tacharlo de expresionismo, aunque creo que ambas calificaciones le van bien a mis obras.

Llega al mundo del arte desde el sector del diseño, trabajando incluso para conocidas marcas. ¿Cómo fue la experiencia en ese sector?
— Fueron unos años increíbles, de hacer muchísimas cosas que jamás hubiese imaginado para gente que jamás hubiese imaginado. Aprendí muchísimo de gente genial y buenísima. Creo que esos años me fueron muy bien para consolidar un rigor a la hora de trabajar ahora como artista, dándome una serie de bases, un orden y una rutina muy bien estructurada y rígida a la hora de crear. Considero que sin estos años previos como diseñador, jamás hubiese llegado a hacer lo que estoy haciendo ahora.

El estilo de vida en Inglaterra es muy diferente al mediterráneo. ¿Qué es lo que más echa de menos?
— Una terraza, una caña bien fría y unos pimientos del Padrón (ríe). La verdad es que no puedo decir que haya cambiado mucho mis costumbres alimenticias, me negué rotundamente a dejar de cocinar como lo hacemos allí. Aquí todo está terriblemente lejos, cosa que lleva a que tengas que planificar con antelación tus quedadas o reuniones. El tema improvisación, o pasarse por casa de un amigo a ver qué hace es bastante difícil en esta ciudad. Pero en el fondo, al final tampoco es tan distinto.

¿Cómo es un día en la vida de Joan Taltavull?
—Joan Taltavull tienes dos tipos de días: algunos días trabaja (en cosas diversas) y otros días trabaja en su estudio. Vamos a centrarnos en los días del estudio: Sobre las 7 de la mañana me hago un gran café, durante este tiempo me centro sobre todo en redes sociales como Instagram o Facebook, y después reviso el correo electrónico, ya que éste a veces requiere imprimir, escanear… Después, si tengo algo empezado, simplemente lo voy haciendo, y si tengo que empezar algo, limpio todo el estudio y parto de diversas ideas, combinando ordenador y dibujo. Después esas ideas las traslado al lienzo o al papel definitivo. Sobre las 13 horas como algo, y sigo hasta la noche… A veces dejo el estudio después de comer para coger la bicicleta e ir a ver algunas exposiciones que se hayan inaugurado recientemente o simplemente salgo a darme una vuelta, que en ocasiones va bien despejarse un poco.

Pero, ¿qué ofrece Londres que no tienen otras ciudades?
— Creo que ofrece casi todo, por eso viene tanta gente aquí; me gusta porque tiene una gran oferta cultural, es bestial; restauración de todo tipo, muchísimo trabajo. La ciudad, al ser tan grande, dispone de muchos pequeños epicentros de ocio y mucha, mucha moda; la gente se viste muy bien, de todos los estilos que puedas imaginar, pero siempre mirados al milímetro. En definitiva muchísimas culturas conviviendo juntas y mucha seguridad en las calles.

¿Está en contacto con la comunidad española en la ciudad?
—La verdad es que sí, está lleno de españoles.

¿Qué planes tiene para el futuro?
— De momento, mínimo un año más en Londres. Seguir pintando, continuar promocionándome, creciendo como artista… Para diciembre tengo prevista una exposición colectiva en Barcelona y para el mes de marzo otra en Nueva York. A partir de aquí, a ver qué nuevas oportunidades salen.

¿En qué otros países le gustaría vivir?
— Me gustaría muchísimo vivir en Estados Unidos, concretamente en Nueva York. En Alemania, Berlín también estaría muy bien, fui hace dos años y me gustó mucho. Italia también me llama mucho la atención.

¿Alguna exposición prevista para Menorca?
— De momento no...

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