Uno de cada cuatro billetes de avión entre Menorca y la Península son bonificados en un 50 por ciento por el Gobierno central en virtud del descuento de residente. Así las cosas, la creación de una tarifa plana universal para destinos como Barcelona, Madrid o Valencia conllevaría que el Estado pasaría de intervenir sobre el precio final para el usuario de una parte menor de los billetes con la Isla a hacerlo sobre la totalidad, con lo que el nuevo sistema sacaría de la libre competencia absoluta (en principio para beneficiarlos) a tres cuartas partes de los actuales clientes de las aerolíneas.
En el caso de la conexión con Palma, donde ya existe Obligación de Servicio Público con tarifa máxima, el porcentaje es justamente el inverso, con tres cuartas partes de pasajeros que viajan con el descuento de residente y un 24 por ciento que lo hace sin ninguna contribución por parte del Gobierno central. Por tanto, en este caso la tarifa plana supondría una extensión menor de la influencia del Estado sobre los usuarios y el precio que pagan por sus billetes.
Los datos solicitados por la senadora por Menorca, Juana Francis Pons Vila (PP), con el objetivo de conocer la situación real al detalle del transporte aéreo en la Isla aparecen en un momento en el que arrojan luz sobre cuál es el punto de partida de la reclamación que 28 entidades realizaron al Consell para que trabaje en la implantación de una tarifa plana universal y el amparo de una Obligación de Servicio Público en las cinco conexiones permenentes que tiene la Isla con destinos nacionales.