El Consell de Menorca, con la participación de la Agencia Reserva de la Biosfera de Menorca, iniciará el lunes la campaña para la prevención y erradicación de la plaga del picudo rojo.
Su principal objetivo consiste en transmitir la necesidad de actuar con la participación de toda la población menorquina.
El picudo rojo fue detectado por primera vez en España en 1994, en Granada, y desde entonces se ha extendido por casi la totalidad de Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana, Cataluña y Baleares.
Llegó a Menorca en octubre del 2013.
Hoy la isla cuenta con un censo de 26.107 palmeras, 3.805 públicas y 22.302 privadas.
Desde principios de octubre del pasado año se han detectado 169 palmeras afectadas, de las que cien están en tratamiento, 29 están saneadas y cuarenta han tenido que ser eliminadas.
Los propietarios, así como los ayuntamientos, están obligados a retirar los ejemplares afectados porque, de no ser tratados, serán atacados por la plaga y morirán.
Mientras haya pameras sin tratar, la plaga seguirá creciendo. La única estrategia que se ha mostrado eficaz para protegerlas palmeras son campañas de tratamiento preventivo, entre tres y cuatro veces al año.
El Consell de Menorca ha centrado sus esfuerzos en los últimos meses en la inspección y ordenar tratamientos periódicos para detectar posibles palmeras afectadas y evitar que se comercialicen y se siga expandiendo la plaga.
También se ha reforzado la formación de los profesionales, con cursos que se empezaron a impartir antes de que la plaga se detectase en la Isla, y que hoy se imparten en la Escuela de Capacitación Agraria de Menorca.
La campaña tendrá una duración de dos meses y consta de dos bloques.
El primero durante la segunda y tercera semana de febrero bajo el lema "Stop picudo rojo, protege tus palmeras, febrero mes de la poda".
Y el segundo, durante las dos primeras semanas del mes de marzo con el lema "Stop picudo rojo, protege tus palmeras, realiza tratamientos preventivos periódicos".
El conseller de Economía y Medio Ambiente, Fernando Villalonga, ha manifestado que la forma más eficaz de minimizar la plaga consiste en que todas las palmeras de la isla estén fumigadas y tratadas, un tratamiento que debe ser realizado por personal cualificado.
Según Villalonga, la comunicación, la información y la formación son básicas para parar el avance de esta plaga.
"Si hoy, después de varios meses de plaga, hemos conseguido que sólo cuarenta palmeras hayan sido eliminadas, entre todos debemos incrementar la vigilancia, la conciencia y nuestros esfuerzos para combatirla", ha declarado.