Las dos compañías concesionarias del transporte público en Ciutadella negaron ayer tajantemente que, en contra de lo denunciado por el gobierno municipal, incumplan las condiciones de operativa fijadas por el Consell y utilicen las paradas de las plazas de La Pau y Es Pins como «estaciones encubiertas».
Los vecinos de las calles aledañas a La Pau han impulsado una recogida de firmas para lograr que se elimine la parada, y así lo piden también los grupos de la oposición, pero Transports Menorca precisa que «lo que causa molestia, en todo caso, no son los autocares estacionados en silencio en la plaza, sino los que circulan por las calles Pius VIè y Degà Febrer». Y éstos lo hacen con mayor frecuencia de lo que querría la compañía para ajustarse a lo requerido por la administración, «que nos impide permanecer más de diez minutos en La Pau entre la llegada del bus y la salida de la nueva conexión».
Esto da lugar a situaciones que indirectamente «agravan» las molestias, cuando «en intervalos superiores a los diez minutos, aunque solo falte un cuarto de hora para la salida, los conductores se ven obligados a salir y dar una vuelta hasta la rotonda de la plaza Europa para ganar tiempo». Cuando la espera es mayor, los autobuses se desplazan a la Vía Perimetral y no vuelven a La Pau hasta el momento de la salida del trayecto. «Todos quieren la parada de bus cerca, pero nadie enfrente de casa».
Un GPS permite a la empresa controlar internamente a sus chóferes, a los que -siguiendo las indicaciones del área de Movilidad del Consell- también fuerza a apagar los motores de los vehículos a los cuatro minutos de haber estacionado.
Pero es que, además, el número de usuarios que coge el bus en Ciutadella para enlazar con el resto de municipios de Menorca ha ido en aumento desde que la parada de La Pau está en marcha. La conclusión del operador es, en consecuencia, que «el pasaje requiere una ubicación céntrica como ésta».