Autoridad Portuaria de Balears (APB) lleva a cabo estos días la instalación de nuevo alumbrado en la ribera sur del puerto de Maó, en el tramo entre su edificio administrativo y la colársega, una actuación dirigida a mejorar la iluminación de todo el paseo, pero también a reducir la contaminación lumínica y el gasto energético, ya que las nuevas luminarias son más eficientes.
El proyecto ha sido adjudicado por 468.270 euros a la empresa constructora Antonio Gomila S.A., que tiene de plazo hasta el próximo día 30 para completar la instalación de las luminarias. Su propuesta resultó ganadora entre un total de 21 que se presentaron al concurso. El alumbrado público del puerto ya ha requerido mejoras y sustitución de farolas en distintos tramos con anterioridad. Las primeras luces de iluminación indirecta, con la pantalla superior, se colocaron en la década de los 90 y su diseño fue muy discutido. A principios de los años 2000 se procedió a rehabilitar 269 farolas, sustituyendo piezas en mal estado y manteniendo la línea estética original en los muelles de Llevant y Ponent. Ahora APB mejora una zona que cuenta con un alumbrado insuficiente, que proviene en su mayoría de aparatos instalados en el lado del mar. Para ello se eliminarán 239 puntos de luz antiguos y se instalarán 123 nuevos, de mayor eficiencia y rendimiento, con lo que se espera lograr un ahorro en consumo y un coste estimado de 1.664 euros al año.
A Isabel: Las farolas del puerto tenían un diseño muy bonito, en eso estamos de acuerdo. Sin embargo, para ser justos hay que aclarar que son de la época en que se hizo la reforma del puerto, siendo alcalde Borja Carreras (PSOE). Por otro lado, no son para nada diseño único ni original, ya que sin ir muy lejos, en esa misma época se utilizaron en muchas zonas de la Barcelona olímpica. Finalmente, lo que realmente importa hoy por hoy es que las antiguas eran todo un despilfarro lumínico porque la lámpara apuntaba hacia arriba y la luz rebotaba en una mampara curvada de metal que había que reponer constantemente por la oxidación. Desde cualquier mirador de Maó se podía ver clararmente que la mayor parte de la luz se perdía hacia arriba. En cuanto a las nuevas, podemos discutir si estéticamente son acertadas, pero alumbran mucho más (hacia abajo) y consumen mucho menos.