De Menorca a Sevilla pasando por Roma no parece un trayecto excesivamente lógico, más bien todo lo contrario. Es, sin embargo, la sorprendente alternativa que ha encontrado la compañía Vueling para Sandra Codina, una pasajera mahonesa que debe viajar a la capital hispalense para asistir a un campeonato de remo, el viernes 19 de junio.
Con el billete adquirido el pasado 21 de marzo, Sandra recibió el pasado 13 del presente mes una notificación de Vueling por la que la compañía le modificaba su vuelo de escala para viajar a Sevilla. En lugar de hacerlo vía Barcelona, como estaba programado, donde además debía reunirse con dos compañeras para continuar el viaje juntas, deberá hacerlo vía Roma.
En la capital italiana tomará el otro vuelo hacia Sevilla donde llegará a las 15.10, unas tres horas más tarde de la ruta que había adquirido para volar desde Barcelona lo que afecta de lleno a sus planes por más que el viaje se haga en el mismo día.
La pasajera ha denunciado los hechos ante el área de consumo del Govern balear por la indefensión a la que se enfrenta vista la actitud intransigible de Vueling. «Les he escrito varios emails y cuando lo he puesto en Facebook finalmente me han contestado», relata Sandra. Que le abonen los 159,90 euros que le costó el viaje original, más daños y perjuicios, o bien poder volar el día anterior a Sevilla, y que Vueling corra con los gastos del hotel son las propuestas que ha hecho la pasajera afectada pero la compañía se aferra a que «en cambios programados inferiores a dos horas como éste, independientemente que el vuelo de escala haya cambiado de aeropuerto no es posible tramitar un cambio gratuito ni el reembolso del vuelo, aunque le pedimos disculpas por las molestias ocasionadas». Si la pasajera optar por modificar la reserva deberá abonar 45 euros más por trayecto. Vueling recuerda, además, que la compañía está exenta de pagar compensaciones, según el reglamento europeo, al haber notificado el cambio con más de 15 días de antelación.
«Es necesario que todos vean como nos tratan a los baleares, y más a los menorquines, las compañías aéreas. Para ir de una ciudad a otra me hacen salir del estado español, es indignante», explica Sandra para quien la extraña escala «debe ser porque el vuelo a Roma lo tienen vacío y cuesta solo 30 euros».