La polémica y la preocupación crecen en Cala Blanca. Las aguas de su playa continúan mostrando un color verdoso, lo que motiva las numerosas quejas de los residentes de Ciutadella y de los que veranean en la zona.
Muchas teorías y dispares versiones del caso se manifiestan estos días por los habituales de la cala, así como también surgen los rumores entre la gente. La versión oficial es que la coloración del agua se debe al afloramiento del fitoplancton por las altas temperaturas. Sea como sea, el descontento y la preocupación por la situación se ha generalizado.
Uno de los propietarios del Bar Snack Na Petita, a orillas de la cala, cuenta que «desde que se extendió el rumor de que las aguas de la playa estaban contaminadas, sufrimos una grave disminución de clientela». Hace un mes y medio se detectaron los primeros indicions de lo que acabaría siendo un problema.
Todos los análisis indican que no existe contaminación. El aguia estaría perfecta si no fuera por el color verde.
Por otra parte, diferentes bañistas (tanto residentes de Ciutadella como veraneantes procedentes de Barcelona) coinciden en que «en el momento en que se abrieron todos los comercios y restaurantes que están en las inmediaciones de Cala Blanca, el agua empezó a deteriorarse y su color natural se marchitó». Añaden que «las aguas de todas las playas de Menorca ofrecen sensación de relax por su color transparente y Cala Blanca era una de las mejores».
Los rumores y especulaciones, con poco fundamento, se extienden. Algunos que ayer intentaban disfrutar de la playa opinan que las viviendas (no todas, pero sí algunas de ellas) no están conectadas al alcantarillado y, por lo tanto, vierten materia orgánica al mar, por lo que es muy probable que sea ésa una de las causas del color peculiar del mar. Los análisis lo desmienten.
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