Se han dado pasos para la creación del primer clúster tecnológico insular, que podría ser una realidad en los próximos meses. Algunas empresas del sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) creen que es conveniente unirse para colaborar de manera conjunta con el objetivo de hacer un frente común, ampliar el negocio y abrirse hacia nuevos mercados. Hasta la fecha, ocho empresas han mostrado interés en el proyecto, aunque se mantienen a la espera de que se definan los estatutos del nuevo clúster para formalizar su adhesión definitiva.
La idea surgió hace meses, pero el impulso definitivo lo ha dado la convocatoria de subvenciones del Govern destinada, precisamente, a agrupaciones empresariales innovadoras y clústers basados en el conocimiento y/o tecnológicos con sede en Balears. Las subvenciones, financiadas al 50 por ciento por fondos europeos FEDER, otorgarían al nuevo conglomerado empresarial una dotación máxima de 50.000 euros cada año. Esta primera entrada de capital les permitiría, entre otras cosas, desarrollar el plan estratégico a seguir hasta el 2020, aunque tiene previsto que, en cinco años, la aportación privada represente el 100 por cien del presupuesto.
El principal impulsor de esta iniciativa es Santiago Barro, quien defiende «la necesidad de un clúster tecnológico en Menorca». Asegura que afronta el nuevo reto «con mucha ilusión, pero consciente del esfuerzo que requiere sacarlo adelante». A diferencia de una asociación, el clúster tiene el claro objetivo de generar negocio ya que las empresas de un mismo sector tienen necesidades similares. En este caso, la voluntad es vender fuera, principalmente a la Península, pero también a otros países. Barro expone que «a nivel local somos empresas competidoras, porque nos dirigimos al mismo mercado, pero cuando toca internacionalizarse debemos colaborar».
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