La reivindicación de un régimen especial balear que mejore la financiación de las Islas, un plan estratégico, preservación del territorio, reserva la biosfera y la Menorca Talayótica, el impulso del impuesto turístico, la apuesta por la formación y una administración eficiente desde la participación ciudadana y la transparencia fueron los ejes del discurso institucional de Sant Antoni que por primera vez pronunció la presidenta Maite Salord. La propuesta no es novedosa, recuerda al discurso de gobierno del equipo que dirige desde junio y coincide en lo fundamental con la línea política que inspira el Govern de les Illes.
La reivindicación ya no se dirige a Palma, destinatario histórico de las reclamaciones menorquinas. El punto de mira es Madrid porque «nunca, hasta ahora, el gobierno del Estado ha sido receptivo a esta reivindicación, que es de justicia». Cada año, recordó, 3.000 millones de euros de los ciudadanos de las Islas se van a Madrid y no vuelven, un 14 por ciento del Producto Interior Bruto.
Competitividad
Reconoce la presidenta que una mejora de la financiación no se traduce automáticamente en una mejora de la competitividad. Por ello, apela «a una visión estratégica de lo que queremos que sea Menorca en un futuro, más allá de los límites que marcan los cuatro años de una legislatura», dijo. El territorio, gestionado a través de un documento de constrastada visión estratégica como el PTI, es el primer elemento a tener en cuenta, desde una perspectiva que haga «posible la actividad económica sobre el territorio, pero sin perder de vista que los recursos naturales son limitados», precisó. La capacidad menorquina para preservar el territorio es, según recordó, una de las claves para que la Isla constituya un destino atractivo para el turismo.
Los proyectos de revalorización de la Menorca reserva de la biosfera y la declaración de la Menorca talayótica como patrimonio mundial por la Unesco fueron citados como objetivos prioritarios del equipo de gobierno y como base de la apuesta por un turismo diversificado y de calidad. En esa dirección va también el impuesto turístico impulsado desde el Govern, «es un impuesto que se reinvertirá en el producto turístico y que nos permitirá, a la larga, mejorar nuestra competitividad, clave para el desarrollo económico», agregó.
Ese turismo de calidad, «ligado a medio ambiente y cultura, sumado a una industria exportadora y a una economía del conocimiento ha de hacer posible una transformación productiva o un cambio de modelo económico», concluyó. Lograrlo exige «trabajar desde todos los ámbitos» y citó la próxima puesta en marcha del Centre Bit en Alaior como clave «para alimentar la capacidad innovadora y crear nuevos productos y servicios en Menorca», apuntó Salord.
La importancia de la educación, con impulso a la formación profesional para la ocupación, y una última pincelada al mensaje de transparencia, participación ciudadana y una administración eficiente, cerraron la intervención.