«Títere del PSM Més per Menorca», «irrespetuoso con los alcaldes» y «opositor a la opinión de los sectores productivos». Ese es el perfil que el PP describe del conseller de Ordenación del Territorio, Santiago Florit, para quien pide el cese inmediato después de haber anunciado la derogación de la Norma Territorial Transitoria, que «no nos ha sacado de la crisis, pero había generado una reactivación, empezaba a dar sus frutos», señala el alcalde de Es Castell en respuesta a las declaraciones del conseller.
Lluís Camps, que captó la oposición prácticamente unánime de los alcaldes, independientemente de su color político, en la reunión de la semana pasada, aduce que «no son tiempos para experimentos y con este nuevo cambio normativo se lanza un mensaje contra la inversión. Todos queremos una Menorca ordenada, pero no a cualquier precio, todos tenemos también la responsabilidad de ofrecer oportunidades de trabajo y desarrollo económico». Por ello, se declara partidario de «aparcar la ideología y en aras de la estabilidad crear un marco de normas claras y de largo recorrido».
El Grupo Popular en el Consell acusa a Florit de no haber escuchado a los alcaldes «del PP, del PSOE y de Podemos» y que en vez de defender los intereses «de todos los menorquines, se centra exclusivamente en contentar al electorado del PSM Més per Menorca, es decir, 6.500 electores frente a los casi 40.000 ciudadanos que votaron en mayo», afirma la portavoz Salomé Cabrera.
El PP apela también al argumento empresarial, «la mayoría de sectores productivos se han posicionado públicamente contra la derogación de la NTT, advirtiendo de la inseguridad jurídica que esta decisión puede conllevar y augurando el regreso al estancamiento económico y a la pérdida de inversiones», añade la portavoz popular. Cabrera lamenta que, a pesar de todas esas voces contra la eliminación de la NTT, Florit no rectifique.
El PP critica tambián el descaro del conseller de Territorio «cuando dice que le molesta el catastrofismo y que se hable con vaguedades, lo dice quien forma parte de un partido que se ha dedicado a hablar de la norma utilizando términos como especulación urbanística, desprotección del territorio, urbanizar Macarella» y que en ocho meses no ha sido capaz de responder sobre qué aspectos de la Norma eran perjudiciales para Menorca.