Menorca ha formado a 89 médicos de familia desde que en el año 1993 llegó la primera promoción de residentes. Un 40 por ciento de esos profesionales, que hicieron la especialidad en la Unidad Docente de Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC) de Balears en Menorca, decidieron quedarse y emprender su andadura laboral y personal en la Isla. Una cifra importante y que destaca el jefe de la Unidad Docente desde 2013, el médico José Antonio Vidal. Él mismo corresponde a la promoción del año 2000 y decidió cambiar su ciudad natal, Algeciras, por Menorca.
Los graduados en medicina deben pasar por el temido examen MIR (Médico Interno Residente) para optar a una plaza de formación en su especialidad y que les permitirá trabajar después en la sanidad pública. Dicha especialidad es imprescindible también para los médicos de cabecera, dura cuatro años y en Menorca inició su andadura en 1992, cuando se solicitó la acreditación al Ministerio de Sanidad.
Catorce residentes
Recientemente se incorporaron a la formación en Menorca cinco nuevos 'mires' de distintas procedencias: Valencia, Murcia, Ecuador y Honduras. Son los alumnos de primer curso, pero además hay otros nueve médicos que cursan la especialidad: cuatro en el segundo año, dos de tercero y tres de cuarto.
La presencia de médicos recién titulados de otros países no europeos es habitual, explica el jefe de la Unidad Docente, ya que se pueden presentar el examen MIR como los españoles, solo que para ellos existe un cupo a la hora de elegir plaza y en 2016 dicho cupo se estableció en el 4 por ciento respecto al total de médicos presentados. No obstante, como se da en el caso de los MIR que cursan en Menorca, hay profesionales de origen sudamericano que tienen ya la nacionalidad española, por lo que ese cupo no les afecta.
Los 'mires' de primer curso pasarán su primer mes en urgencias, repartidas entre Canal Salat y el Hospital Mateu Orfila. Disponen de un tutor asignado en cada centro de salud y en cada área hospitalaria, que les guiará durante los próximos cuatro años.