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La ecotasa entra en vigor con normalidad y sin ‘sustos' para unos turistas informados

Con la ecotasa por delante. Los clientes que llegaban este viernes a su hotel estaban preparados para abonar la ecotasa por adelantado | Javier Coll

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Normalidad. Es la palabra que mejor describe la entrada en vigor ayer en Menorca de la ecotasa, el impuesto que grava las estancias turísticas y que venció en su primer día uno de los grandes temores, el factor sorpresa. Los turistas mostraron estar bien informados y la gran mayoría de establecimientos de alojamiento, preparados para empezar a recaudarlo.

El trabajo informativo que han llevado a cabo los empresarios del sector del alojamiento, los turoperadores y plataformas de compra on line han surtido efecto y la mayoría de visitantes llegaban ayer prevenidos e incluso con el dinero preparado en el bolsillo.

«La duda que teníamos era si estarían informados o no y hemos visto que la mayoría sí lo sabe, todo es más fácil así», explicaban ayer desde el Hotel Jardín de Menorca (Son Bou). Es la percepción mayoritaria de los establecimientos menorquines consultados, aunque con matices: «La mayoría están informados, lo que no saben es el importe final porque se aplican diferentes precios según estancia y categoría del hotel», relatan desde el Hotel Port Ciutadella.

Los hoteles han editado material informativo por si queda algún despistado: «Los clientes que llegan por turoperador están bien informados, nuestra duda es sobre los clientes que han comprado por su cuenta», explican desde el Hotel Valentín Son Bou, donde valoran en comparación con la primera tentativa de ecotasa hace once años que «hay mucha menos crispación. La gente está más acostumbrada».

Coinciden en esa idea desde el hotel urbano Jardí de Ses Bruixes de Maó: «La gente se lo toma bien. Están acostumbrados a pagar este tipo de impuesto en otros destinos». La buena aceptación de la tourist tax (término con el que se muestran muy familiarizados) se refleja en la opinión expresada por los turistas consultados ayer, que incluso ven con buenos ojos el impuesto, sobre todo si repercute en la mejora del destino y el medio ambiente.

Las grandes diferencias de la jornada se dejaron notar en el modus operandi de los establecimientos. Algunos, como es el caso del Menorca Patricia (Ciutadella) no empezarán a cobrar el impuesto hasta hoy porque siempre cierran las facturas a la salida de los clientes. El impuesto se añade como un servicio extraordinario más en la factura final por lo que aún no han visto la cara de los clientes al pagar.

A la entrada

En otros establecimientos, como el Hotel Sur Menorca, en Biniancolla (Sant Lluís), cobraban ya ayer el impuesto, en el mismo momento de la entrada: «Algunos clientes llevan el dinero preparado», explican desde la recepción. «El personal se ha adaptado bien, aunque sin duda el cobro ralentiza el registro de entrada», añaden.

Desde el Insotel de Punta Prima explicaban que «a los clientes que entraron antes, pero salen después del día 1, se les ha informado y abonarán la tasa correspondiente el día de salida». La preparación de los grandes hoteles contrasta con las dudas de los pequeños.

El ejemplo lo dan desde los Apartamentos Menorca Bona Vista. Su encargado lamenta el poco tiempo que han tenido y, lejos de los soportes informáticos que han implantado muchos hoteles, se disponen a cobrar el impuesto «manualmente», cargados de dudas y prácticamente obligados a echar mano de gestorías.

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