Las alpargatas y las abarcas menorquinas viajan hasta Japón para conquistar su mercado. Este negocio, que mueve más de 40 millones de euros, prima la calidad. Además, al ser un sector poco explotado, las compañías españolas especializadas en la producción de este tipo de calzado no encuentran competencia.
Michel Pino, representante de la distribuidora española Kyoday Studio explicó que en Japón, las alpargatas se « reconocen como un producto español. Ahí no existe debate y España es el líder» en la XXVI feria Shoes From Spain Exhibition. El evento se celebra desde este miércoles 6 de julio hasta el próximo viernes 8 en Tokio. Los zapatos baleares, pero, no son el único producto español sino que 44 marcas más expondrán sus colecciones de primavera y verano para 2017. Tal como explica Pino, la industria española del calzado «está bien considerada y funciona bien» en Japón. De hecho, en 2015, las exportaciones de zapatos de España a Japón alcanzaron los 2,1 millones de pares y generaron 42,1 millones de euros, según datos de la Federación de Industrias del Calzado Español. La industria española del calzado «está bien considerada y funciona bien» en Japón, opinó Pino, aunque sus cifras aún se encuentran lejos de las cosechadas por su gran rival en el mercado, Italia, que superó los 200 millones de euros de beneficios en 2014 en el país asiático. Sin embargo, hay dos productos en concreto, las alpargatas y las menorquinas, en los que las empresas españolas no encuentran competencia. La compañía MMartynica, especializada en la producción y venta de abarcas menorquinas -los zapatos que utilizaban los campesinos de la isla de Menorca y que ahora se venden en todo el mundo-, también está presente en la Shoes From Spain Exhibition para abrirse al mercado nipón, donde obtiene el 30 por ciento de sus ganancias. «Apostamos por Japón después de vender nuestras menorquinas en Bali. Allí observamos que los japoneses eran 'clientes-fan', ya que se hacían con varios pares de zapatos en cada compra», explicó la propietaria de la compañía, María Martínez. La calidad es «la prueba de fuego» para el cliente nipón, comentó Martínez, que creó en 2012 esta marca que utiliza materiales sostenibles y reciclados (las suelas de los zapatos son de neumáticos reutilizados). «El consumidor japonés espera calidad», confirma Joaquín Clarés, de Abarca Shoes, una empresa que produce calzado con suela de esparto fabricado en Murcia y que participa por primera vez en esta feria para buscar un socio nipón. «Japón es un mercado difícil por su exigencia de calidad, que es mucho más alta que en otros países. Aprecian el diseño y el precio pasa a un segundo plano», destacó Pino, que acude a este encuentro de profesionales desde su primera edición. Pese a que las exportaciones de calzado español han descendido un 5,5 por ciento durante el primer cuatrimestre de 2016 en Japón, el nivel de renta y de consumo hace que el país asiático siga siendo un mercado atractivo para los exportadores españoles. «Se está notando una ligera caída desde hace 3 ó 4 años, pero hay un mercado solido y funciona bien. Lo importante a mi juicio es encontrar un nicho específico y pequeño», aconsejó Francisco Silva, representante de la firma de calzado Pons Quintana en Japón.Las alpargatas y las abarcas menorquinas prueban suerte en Japón
El negocio mueve más de 40 millones de euros
Efe |