La mayoría de los árboles de la urbanización Jardins de Malbúger, en Maó, cuentan con un alcorque demasiado pequeño, lo que les genera distintos tipos de problemas. Esta es la principal anomalía detectada por el botánico Pere Fraga en el primer estudio parcial sobre la situación de los árboles de la ciudad. Las dimensiones del espacio de tierra en el que fueron sembrados son insuficientes, en concreto, para casi el 80 por ciento de los ejemplares de este barrio.
El estudio contempla los 668 árboles de Jardins de Malbúger. Otras anomalías frecuentes son ejemplares sembrados en aceras demasiado estrechas (unos 140 casos) o encontrarse a una distancia demasiado corta unos de otros (otros 140). Las podas han sido inadecuadas, según el informe, en unos 230 casos y la ubicación no se considera la más propicia para unos 220. Un problema menor (45 casos), pero significativo, es el «conflicto» del árbol con las plazas de aparcamiento. También se pone el acento en los alrededor de 80 ejemplares que sufren una especial sensibilidad al viento del norte o los 18 ficus que padecen una plaga específica de la especie.
En cuanto a las soluciones que plantea Pere Fraga, el estudio propone actuaciones árbol a árbol. En más un tercio de los ejemplares se podría limitar la poda (236), mientras que se recomienda la eliminación de 115 árboles y la sustitución de un centenar más. En varios casos se fijan medidas combinadas.
En las conclusiones, el informe señala que las especies de los árboles se eligieron bien, en sintonía con la calle, pero sin tener en cuenta algunos aspectos del entorno, como es el poco espacio disponible. Insiste en la necesidad de no abusar de las podas y adecuarlas a la especie en cuestión.