Las obras para confinar los lodos tóxicos que se encuentran en la antigua depuradora de Ferreries costarán 1,5 millones de euros, según avanza el gerente de la Agencia Balear del Agua (Abaqua), Antoni Garcías.
Esto supone unos 600.000 euros más de lo estimado inicialmente por el Govern, que se decantó por esta opción en lugar de exportar los residuos contaminados a la Península alegando motivos económicos. La alternativa de sacar los fangos tóxicos de la Isla y llevarlos a una planta especializada para que sean tratados es la opción preferida del Ayuntamiento de Ferreries, según señala su alcalde, Josep Carreres, quien no quiere «hipotecar» el terreno.
No obstante, el Govern apostó en su momento por la construcción de un sarcófago de hormigón en el que se depositarán las 8.700 toneladas de lodos contaminantes, una alternativa más económica frente a los 2,2 millones que supone exportar.
Estos residuos, con altas concentraciones de cromo, cobre y zinc, proceden de antiguos vertidos incontrolados de empresas bisuteras que durante años arrojaron en la red de alcantarillado productos químicos. Parte de estos tóxicos acababan con frecuencia en el canal de Trebalúger y llegaban hasta la playa virgen.
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