La tendencia al alza en la confianza de los consumidores registrada en los últimos años se estanca, lo que refleja que una inmensa mayoría está aún lejos del optimismo de poder asegurar que la crisis ya es historia. Y en esta tendencia a la baja generalizada, los menorquines son los que menos confían en la recuperación. Desconfían, están preocupados y viven en una continua incertidumbre.
El último informe socioeconómico de Quaderns Gadeso desvela que Balears en su conjunto percibe el futuro algo más halagüeño que en el conjunto de España. El porcentaje de quienes afirman que la situación es mala es tres puntos inferior a la nacional. No obstante, las opiniones negativas continúan siendo, con mucha diferencia, mayoritarias.
A pesar de esta realidad, Menorca es, en lo que respecta al Archipiélago, la más pesimista de las islas. Siete de cada diez menorquines califican la situación económica de mala. Para el 2017 no prevén cambios significativos, mientras que a partir del 2018 los menorquines ven el futuro con pocas esperanzas de recuperación. Solo dos de cada diez creen que será mejor.
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