El conseller de Educación del Govern, Martí March. admitió el mal estado en que se encuentran las instalaciones de la Escuela de Adultos de Maó, el CEPA Joan Mir i Mir, durante su visita ayer al centro y se comprometió a redactar un proyecto que permita que se traslade a los Cuarteles deSantiago. Manifestó así su voluntad política de arreglar los problemas de infraestructura de la escuela, pero no precisa cuándo.
Para planificar el futuro del centro asegura que se tendrá muy en cuenta la opinión del equipo directivo al respecto. «Queremos proyectar una escuela que responda a las necesidades reales de la enseñanza cotidiana», afirma.
La directora del CEPA, Alejandra Marín, agradece la preocupación del conseller y su interés por conocer los problemas del centro in situ pero expresa su escepticismo ante una solución a corto plazo para una situación de espacio e infraestructuras que empeora con el tiempo.
La falta de una rampa de acceso para minusválidos, la escalera apuntalada o las clases del sótano con puertas que no se abren correctamente se suman a lo que «venimos diciendo desde hace veinte años» , recuerda Marín, «y es que no cabemos».
Se queja de que la administración se resista a arreglar las deficiencias del edificio dado que está planificado el traslado del centro, algo que la directora no ve claro que avance para 2017.
Actualmente el CEPA Joan Mir i Mir cuenta con más de 1.000 alumnos afectados por las malas condiciones y la falta de espacio.
Por ellos Marín reivindica la importancia de la formación reglada que se imparte en el centro, como los cursos de acceso a formación superior, que ve «muy necesarias» en Balears, una comunidad «donde el fracaso escolar es de las más elevadas de España» y las escuelas de adultos suponen «segundas oportunidades» para aquellos que abandonaron los estudios. Del centro salen entre 40 y 60 graduados de la ESOcada año, puntualiza.