Tras más de dos años de trabajo y negociaciones, la tramitación para la reapertura de los patios interiores se encuentra en su fase final. Sin embargo, la calculadora está encima de la mesa de los restauradores, que hacen números para que la modificación del plan especial del casco antiguo obtenga los apoyos suficientes por parte de los grupos políticos en el pleno extraordinario del próximo jueves. Algo que, de momento, no está garantizado.
Jordi Bosch, secretario de la Asociación Menorquina de Cafeterías, Bares y Restaurantes, asociada a PIME, asume que «el equipo de gobierno está dividido, aunque lo lógico y sensato sería que votara en bloque». Al mismo tiempo, reconoce que la oposición, básicamente el Partido Popular, «también puede hacer posible que se abran los patios», algo que entiende que «no sería lógico ni habitual que fuera la oposición la encargada de aprobar la medida». No obstante, se muestra confiado en que los números salgan y la propuesta sea aprobada.
En caso de que sucediera lo contrario, sostiene Bosch, «sería absurdo» después de haber dedicado «tanto tiempo, esfuerzo y recursos». En su opinión «sería una decisión muy difícil de entender y explicar después de dos años de mucho trabajo», asegura. Confía en que «si no hubiera voluntad política real no habría sido necesario destinar tantos esfuerzos y hacer toda esta larga tramitación», y agrega que «trabajamos pensando que la labor hecha servirá».
Por último, Bosch reconoce que no comparten al cien por cien la propuesta final, pero es la acordada y llegados a este punto ya no hay marcha atrás.
También se muestran críticos con esta situación los profesionales asociados a CAEB. El presidente de la Asociación de Restauradores, José Bosch, asegura que «sufren» y se sienten «víctimas de la política». Critica que mientras los políticos hacer equilibrios ellos son los perjudicados porque las terrazas siguen cerradas.
Su visión de la situación es que «la postura del PSM es pasar la pelota al PP, que está por ver si entra en el juego o no». Para Bosch, la cuestión para los políticos se centra en ver «quién es el malo, pese a que el PP parece que no está dispuesto a que jueguen con él». Bosch tiene la esperanza de poder abrir los patios esta temporada aunque reconoce que «prefiero no hacerme ilusiones, firmaría estar operativo en Sant Joan», concluye.
Alerta
José Bosch advierte además que la aprobación de los cambios legales a última hora dificulta encontrar profesionales y formar una plantilla cualificada.
«Será un año difícil, notamos que el personal se va al sector de la construcción y cada vez tienen más complicaciones para encontrar vivienda y cuesta montar una plantilla con tan poco margen de tiempo». «Si queremos calidad no se pueden improvisar las plantillas».