El lunes cumplirá cuatro semanas en soledad política al frente del Ayuntamiento y a finales de agosto «los primeros 100 días», comenta Pere Moll. No espera, por tanto, que antes le hayan apartado del cargo sus excompañeros con la expulsión previa del partido por el aparato del PSOE.
Nada ha cambiado aparentemente en el funcionamiento de la administración municipal. Incluso mantiene la Junta de Govern, de la que forman parte los tenientes de alcalde, la última se celebró el 30 de mayo, y la siguiente está prevista para el día 27, «mientras no la utilicen como instrumento de bloqueo de la actividad la mantendré», asegura. Este órgano, en el que el alcade delega competencias propias, es el que realiza las autorizaciones de gasto y por tal circunstancia resulta determinante para el funcionamiento municipal. Esa situación le permite además -como ya ha ocurrido en este periodo- delegar la Alcaldía cuando ha de ausentarse.
Si la escalada de presión de sus excompañeros aumenta con actitud de bloqueo, «recuperaré las competencias», lo que supondría un gobierno más personalista y más uso del decreto de alcaldía.
Hasta cuando este culebron mitjorner?Aburre.