Los taxistas de la Isla celebran que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea haya puesto freno a la expansión de la aplicación Uber y obligue a los estados miembros a regular los requisitos que debe cumplir. La sentencia considera que se trata de un servicio de transporte y no de una plataforma colaborativa, por lo que su próximo aterrizaje en Menorca es prácticamente imposible sin saltarse la legalidad.
A partir de ahora, los operadores de Uber deberán darse de alta como taxistas o, al transportar a quien se lo solicita a través de la aplicación, solicitar una licencia VTC como coches de alquiler con conductor. Esta figura está limitada por ley: solo se puede dar una licencia por cada 30 taxis y el cupo en la Isla ya se alcanzó hace años con las seis licencias que tiene la única empresa que presta este servicio, Berlinas Menorca. El Consell, que ya ha denegado hasta la fecha cinco peticiones para conceder nuevas licencias VTC, no pretende modificar este criterio, según explicó ayer el conseller insular de Movilidad Miquel Preto.
Tanto José Navarro, en representación de los taxistas de Maó, como el presidente de la Asociación de Taxistas de Menorca, Antonio Vilches, aplauden el paso dado por la Justicia europea para regular la competencia de Uber y otras plataformas.
La sentencia es para Navarro «una buena noticia, es por lo que el colectivo ha peleado siempre». Entiende que «el cliente debe poder escoger la oferta más oportuna, pero dentro de la legalidad», algo a lo que no se ajustaba Uber, que tampoco paga impuestos en España, como sí hace el sector profesional, recuerda. No descarta que la plataforma pueda ver un nicho de mercado en la Isla. «Evidentemente en algún momento van a pretender entrar», pero entonces van a tener que seguir lo que marca la ley.
Ni con las licencias temporales
La ampliación de la flota de taxis durante la temporada de verano con licencias temporales no daría pie a incrementar el número de licencias VTC, según interpretan los taxistas. Aunque se doblara la flota de Maó, como propone la agrupación municipal para cubrir la carencia del servicio en verano, estas ratios no se contabilizarían al no ser licencias fijas, sino para reforzar el servicio durante los cuatro meses con más actividad del año.
Los taxistas de Maó manifestaban a final de temporada su intención de pedir 42 licencias temporales, algo que aun está en estudio por parte del colectivo, que debe plantearse sus consecuencis a nivel insular.
En la Isla operan actualmente 104 taxis, coordinados desde 2015 de forma conjunta mediante Radio Taxi. Su volumen de trabajo durante el invierno es muy reducido, por lo que el presidente de la asociación considera que parte de la falta de taxis en temporada alta podría solucionarse con una mejor organización de los actuales. A falta de analizar los datos del servicio durante la última temporada se muestra prudente a la hora de cuantificar el número de licencias extra que harían falta porque «es algo complicado» y podría desequilibrar el sector de no hacerse correctamente. Por ahora descarta que deba aumentarse el servicio en municipios pequeños, como en Es Migjorn.
El sector espera perfilar una propuesta durante el mes de enero y negociar un nuevo escenario con el Consell y los ayuntamientos para la temporada de 2018.