En el patio del palacio de Isabel II y con una sección del Regimiento de Infantería Palma 47 rindiendo honores. La celebración de la Pascua Militar en Maó estuvo adornada con estas dos novedades que no pasaron desapercibidas ni a las autoridades civiles ni a las militares. Y es que, al menos desde el año 2002 esta conmemoración no tenía alguna actividad en el exterior del palacio. Y llevaba, a su vez, varios años sin contar con un regimiento de Infantería, una sección formada por veinte soldados con base en Palma, para rendir honores. El evento da continuidad a una tradición del siglo XVIII cuando Carlos III felicitó a las tropas que en 1782 incorporaron Menorca a la Corona Española.
El comandante general de Balears, Juan Cifuentes Álvarez, aprovechó su presencia en Menorca para hacer balance de la actividad de los Ejércitos y la Armada, con especial mención a la «amenaza del terrorismo yihadista, uno de los principales problemas de seguridad a los que se enfrenta el mundo».
Destacó, por su importancia, la certificación del Cuartel General Multinacional del Mando de Operaciones Especiales, superada en octubre, en el ejercicio que se desarrolló en la Base de San Isidro. Y alabó, a su vez la labor del consorcio de la Fortaleza de la Mola que ha contribuido «a dinamizar la vida cultural». Recordó que más de 40.000 personas la han visitado.
Cifuentes quiso agradecer a la sociedad balear y a las instituciones «su respeto, comprensión y afecto hacia los hombres y mujeres de uniforme». Aseveró que las Fuerzas Armadas son «ejemplo dentro y fuera de nuestras fronteras». Recordó que hay 3.000 militares desplegados en 16 países en misiones en el exterior.
Cifuentes cerró su discurso con una mirada a 2018, «un año lleno de retos», con la seguridad como objetivo prioritario. Además de atender la conservación del medio ambiente y la difusión del patrimonio histórico, prometió esforzarse por ser «una institución más útil y que transmita confianza a la sociedad, las Fuerzas Armadas serán un ejemplo para nuestros ciudadanos».