La presidenta del Consell, Susana Mora, mostró este miércoles su rechazo a la propuesta que Podemos ha puesto sobre la mesa: la opción de que los propietarios puedan alquilar a turistas su vivienda habitual ?en su totalidad o compartiéndola con el cliente? en los núcleos urbanos tradicionales un máximo de 60 días al año. Basa su negativa en dos argumentos: la dificultad de ejercer un control de este tipo de alquiler y el riesgo de que baje la calidad en los alojamientos.
Mora reconoce que la propuesta expresada por su compañera de gobierno, la vicepresidenta segunda Cristina Gómez (Podemos) sería positiva en términos de redistribución de la riqueza, pero que iría en contra «del equilibrio que buscamos porque presenta algunas deficiencias». La presidenta del Consell entiende que la limitación temporal es una variable «difícil de controlar», como también lo sería corroborar que la vivienda en cuestión es efectivamente la residencia del propietario: «¿Cómo comprobamos que es la vivienda habitual?», se preguntó.
Otro de los problemas que encuentra para dar luz verde a esa opción ?que no haría distinciones entre tipologías de vivienda? es la calidad del alojamiento turístico: «Alquilar en un pueblo incluso habitaciones requeriría de un despliegue normativo para imponer unos criterios de calidad», dificultando aún más tanto la aplicación de la normativa, como la actividad inspectora.