Zarza, el buitre negro que desde hace un año y dos meses vive en Menorca y es el único ejemplar de su especie en la Isla, está en busca y captura. El departamento de Protección de Especies de la Conselleria de Medio Ambiente del Govern ha montado un dispositivo para su captura y parece que sus días en Menorca podrían llegar a su fin, si finalmente es capturado y trasladado a un centro de Mallorca (o se le libera en la isla vecina). El motivo de querer acabar con su presencia en Menorca es la queja por parte de algunos payeses que han visto como esta ave carroñera ha atacado al ganado.
La orden de captura la ha desvelado la Societat Ornitològica de Menorca (SOM), que se opone frontalmente a su captura y ha expresado su malestar tanto al director insular de Medio Rural, Miquel Truyol, como al director general de Espacios Naturales y Biodiversidad del Govern, Miquel Mir, a los que ha pedido que suspenda, al menos cautelarmente, esta orden.
«Son muy pocos los perjudicados y muchos los beneficiarios de que haya llegado Zarza a Menorca, al poder disfrutar de esta maravillosa especie en la Isla», expone su presidente Rafel Triay, que recuerda que Zarza «ha llegado a través de sus propios medios» y que es una especie mediterránea amenazada, y que «como más distribución territorial tenga, mejor para su conservación».
Desde la asociación conservacionista no entienden que traten esta especie como un ave exótica, cuando hay una población residente a menos de 50 kilómetros (en la Serra de Tramuntana de Mallorca) y se tiene constancia de su reproducción en Menorca a principios del siglo XIX.
Entiende que haya podido haber algunos problemas, pero en todo caso ya se sabe que «los depredadores causan conflictos». Y lo ejemplifica: «Los lobos y los osos también causan conflictos y no por ello se tienen que eliminar», afirma, y recuerda que como todo carroñero también aporta beneficios al campo, «ya que limpia la carroña que es un foco de enfermedades para el ganado».
Con todo abogan por encontrar una solución que no pase por su marcha de la Isla, ya que la «convivencia entre humanos y naturaleza siempre tiene que ser posible» e incluso habla de que Zarza se ha convertido en un atractivo para los amantes (autóctonos y foráneos) de la ornitología.
Para ahondar en la búsqueda de una solución conjunta la SOM ha solicitado tanto a Truyol como a Mir una «reunión urgente» para trata este caso.