«Queremos la mejor operación posible para Quesería Menorquina, pero entre empresas solventes y con liquidez, no a cuenta de dinero público». Esta es la posición de la Conselleria de Industria del Govern de les Illes ante el acuerdo para la adquisición de la compañía menorquina por Quesería Ibérica, detenido ahora a causa de la situación económica de la firma palentina, que además ha dividido en dos bloques a los accionistas.
Francisco Tutzó, Jesús Esparza y Manuel Vecilla, los tres directivos que controlan el 51 por ciento de las acciones, pretenden dar marcha atrás a las negociaciones y los trabajadores, con el 49 por ciento restante, insisten en culminar la alianza entre las dos lácteas. El 24 de febrero celebraron una asamblea en los locales de Comisiones Obreras con Adolfo Pérez, están convencidos de su proyecto, «nos da confianza y asegura la materia prima», señala un asistente al encuentro.
El acuerdo supone que todos y cada uno de los accionistas ceden el 75 por ciento de sus acciones a Adolfo Pérez, el director de Quesería Ibérica, es decir, se le regala las tres cuartas partes de la sociedad, una fórmula que dado el precedente de Nueva Rumasa ha levantado recelos en la Administración autonómica. «Quiere adquirir gratis una empresa que luego sería además la principal del grupo y que el Govern balear financie la operación resultante», explica la Conselleria balear.
Estaría bien que al dar a conocer una noticia como la que se esta tratando se contrastaran las informaciones. Se viene diciendo que los trabajadores estan de acuerdo con la operacion de compra cuando en realidad son los representantes del comite de empresa los que dan voz a esta opción. Sin duda hay una parte de los trabajadores que los apoya en su planteamiento, pero hay muchos otros que no. Cuando un medio de comunicacion dice que los trabajadores estan de acuerdo con la venta esta dando una informacion sesgada. El comite no es la voz de todos los trabajadores en esta cuestion y menos la voz de los accionistas.