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La crisis de la Fundació Jaume III, un freno para la Societat Civil Balear

Imagen de Úrsula Mascaró durante una protesta de Mos Movem, en el hospital Mateu Orfila. | Gemma Andreu

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«Societat Civil Balear ahora mismo está parada, en stand by, hasta que las aguas se calmen y se resuelva todo», en alusión a la crisis de la Fundació Jaume III. Lo afirma Úrsula Mascaró, la cara visible de Mos Movem y una la impulsoras de la Societat Civil Balear, que reconoce que el cisma que se vive en la entidad cultural deja «en pausa» a la hermana balear de la Societat Civil Catalana.

Societat Civil Balear anunció su creación el pasado mes de febrero, poco antes de la manifestación convocada por Mos Movem en Palma contra el decreto del catalán a la sanidad. Nació para ser el azote del independentismo y del catalanismo en las Islas. Se constituyó por tanto con una clara vocación política, a diferencia de la Fundació Jaume III (más centrada en la lengua y en la cultura) y de Mos Movem (cuya lucha se circunscribe al sector sanitario).

La nueva asociación tramitó su constitución y se formó una ejecutiva provisional, a la espera de convocar una asamblea y escoger a una directiva. En principio se habló de que su presidenta podría ser la propia Úrsula Mascaró, pero ayer negó a este diario que presidiera la entidad.

El cisma de la Fundació Jaume III ha acabado salpicando la recién creada Societat Civil Balear. El sector crítico de la Fundació acusa a su director, el menorquín Joan Pons Torres de trabajar por el impulso de esta nueva entidad y de querer integrar la Jaume III en la Societat Civil Balear. De hecho, hace unos días se ha hecho público que Pons Torres figura como presidente de la Societat Civil Balear, entidad que está registrada en Ciutadella, concretamente en el domicilio particular del director de la Fundació Jaume III.

«Asociaciones paralelas»

Úrsula Mascaró, que también es miembro (aunque no está en su directiva) de la Fundació Jaume III, aseguró que «es una pena todo lo que está pasando», con la Fundació, «porque somos asociaciones paralelas, con objetivos similares», destaca. Afirma que «me sabe mal por una asociación que lleva cinco años trabajando», y emplaza a dejar de lado personalismos «porque lo importante es el proyecto».

Mascaró también quiso quitar hierro a la marcha (alegando motivos personales, pero parece que también surgieron discrepancias con Joan Pons) de la que fue portavoz de Mos Movem Mallorca, Manuela Cañadas, con la que Mascaró mantiene una buena relación. «La gente entra y sale, en Mos Movem todos somos voluntarios, y tenemos que compaginarlo con nuestro trabajo y nuestras familias», afirma.

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