La actividad en las deixalleries de la Isla experimenta una línea ascendente importante. Se ha duplicado en los últimos cinco años. Y su crecimiento está vinculado a la mejora económica y al repunte de pequeñas obras y reformas a cargo de particulares cuyos restos acaban depositándose en estos puntos.
El año pasado, los menorquines trasladaron hasta estas instalaciones cerca de 6.000 toneladas de material de construcción (en concreto, 5.958 toneladas), siendo esta tipología de residuos la más voluminosa. Si retrocedemos cinco años, la cantidad de toneladas procedentes de demoliciones y construcciones era menos de la mitad.
A este repunte de la actividad en la construcción a cargo de particulares se le suma la mayor concienciación de los isleños a la hora de depositar los residuos en puntos habilitados para ello. Así lo aseguran desde el Consorci de Residus de Menorca al indicar que la gente es cada vez más responsable y antes de dejar un sanitario o restos de baldosas en un vertedero incontrolado, lo depositan en las deixalleries.
El año pasado el Consorci de Residus reunió en total en los siete puntos 14.779 toneladas de residuos, un 4,5 por ciento más que el año anterior. En el año 2012, en plena crisis económica, las deixalleries recibieron 6.332 toneladas de material, menos de la mitad.
Si al material que estas instalaciones recogen por separado se le agregan las fracciones de papel y cartón, vidrio y envases ligeros que se depositan en los contenedores de recogida selectiva repartidos por toda la Isla, permite confirmar que los menorquines seleccionan un 43,3 por ciento de la generación total de residuos.
Aún llegan al vertedero de Milà 47.197 toneladas mezcladas, es la denominada fracción resta y que contiene una parte muy importante de residuos que son potencialmente reciclables, ya que, o se podrían depositar en los contenedores de recogida selectiva o bien se trata de materia orgánica que se puede compostar.
Cabe apuntar a su vez que las siete deixalleries han recibido a lo largo del año 22.867 entradas de material, ya sean procedentes de los ayuntamientos, ya particulares. Maó es la ciudad con mayor actividad, con 5.322 usuarios.