O cantina o nada. Es el mensaje que el Govern ha lanzado al Ayuntamiento de Es Mercadal y a la Junta Local de Fornells sobre el proyecto de mejora del puerto de la localidad, que fue presentado este martes en su versión definitiva y que, a pesar del rechazo mostrado por el pleno municipal a la presencia de un bar en la zona de Es Pla, mantiene este servicio, aunque, eso sí, reducido a su mínima expresión, poco más de 90 metros cuadrados con solo cinco mesas dentro de un edificio de 200 metros cuadrados que también albergará baños, un almacén portuario, dos oficinas y un cuarto de instalaciones.
El futuro edificio de nueva planta ocupa sobre el plano un tercio de lo que se había proyectado inicialmente y la superficie de la cantina se ha reducido alrededor de un 75 por ciento, con una colocación que, según defendió el conseller de Territorio, Energía y Movilidad, Marc Pons, prácticamente le imposibilita crecer, uno de los grandes temores de vecinos y grupos políticos del municipio. Por si hay dudas, Pons se comprometió ante el alcalde Francesc Ametller a firmar un convenio para que cualquier ampliación futura requiera del permiso del Ayuntamiento.