El agricultor y activista Josep Pàmies, defensor hasta el extremo de la medicina natural, ofrecerá mañana y el jueves sendas conferencias en Maó y Ciutadella, invitado por la Asociación de Productores de Agricultura Ecológica de Menorca. En Maó será en la sala de plenos del Ayuntamiento, mientras que en Ciutadella se hará en un local privado.
Los posicionamientos de Josep Pàmies, en contra de las vacunas y defensor de la curación de enfermedades graves (como el cáncer) a través de plantas naturales, ha provocado un alud de críticas, que en el caso de Menorca se han hecho extensivas al Ayuntamiento de Maó por cederle un local para hacer esta charla.
La polémica la abrió la revista cultura Jot Down en Twitter. «El Ayuntamiento de Maó permite al que afirma esto [crece el autismo por culpa de la vacuna triple vírica] que dé charlas en sus instalaciones. Qué tal si le explicamos entre todos quién es Pàmies», lanzó en Twitter este pasado domingo desde su cuenta con más de 274.000 seguidores, que ha sido retuiteado por más de 200 personas.
La alcaldesa de Maó, Conxa Juanola en declaraciones a IB3 recuerda que la conferencia no la organiza el Ayuntamiento, y que lo que ha hecho el Consistorio es ceder la sala a una entidad, como la Asociación de Productores de Agricultura Ecológica. Asimismo asegura que se ha puesto en contacto con el IB-Salut para que los «oriente» y decidir qué hacer.
Por su parte, desde la entidad organizadora del evento destacan que Pàmies viene a hablar de alimentación (no de medicina) y de los efectos en la salud de la agricultura ecológica.
La semana pasada Josep Pàmies impartió también conferencias en Mallorca, donde tampoco estuvieran exentas de polémica, ya que igual que en Maó las charlas de Son Servera y Artà se hicieron en locales municipales.
Que a estas alturas, en pleno siglo XXI y con lo que ha evolucionado la Ciencia y la Medicina, que todavía a día de hoy queden tantas personas analfabetas e ignorantes que sean capaces de sostener que con cuatro hierbas y poco más, es posible curar un cáncer, o que sean capaces de negar la evidencia de los grandes beneficios que desde hace muchas décadas han supuesto para la población infantil las vacunas en la erradicación de graves enfermedades, es una muestra más de la gravísima degeneración acelerada que sufrimos como sociedad supuestamente avanzada y civilizada. Y entre las nuevas generaciones (o degeneraciones, deberíamos decir) esto todavía es mucho más patente.