La intención del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Maó es que la planta desnitrificadora que se prevé instalar junto al depósito de Malbúger llegue a beneficiar a toda la población, de tal modo que todos los residentes en el municipio puedan beber con tranquilidad agua del grifo. Pero en una primera fase no será así, y solo una parte de la ciudad verá reducida la presencia de nitratos en el agua (la zona más al sur, Sant Manuel, La Plana, Malbúger...). Una actuación posterior en el refuerzo de las conexiones de los distintos pozos de suministro permitirá alcanzar la cobertura del cien por cien.
Aun así, el teniente de Alcaldía de Recursos y Sostenibilidad, Rafa Muñoz, comentó que a medio plazo se contempla la construcción de una segunda planta desnitrificadora en el municipio. Esta infraestructura serviría para garantizar un suministro de agua en buenas condiciones cuando se producen las puntas de consumo propias de la temporada alta estival.
El proyecto y la ejecución de la desnitrificadora biológica está a punto de encarar la licitación de los trabajos. El presupuesto contemplado es de 625.000 euros, una cantidad que se obtiene de los fondos del impuesto de turismo sostenible. La planta biológica cuenta con una cantidad de agua rechazada que apenas llega al 1,5 por ciento del total, por debajo de otros sistemas analizados por el Consistorio. Se consigue recudir la presencia de nitratos del agua resultante a 30 miligramos por litro. Este agua se mezclará con el resto para situar los niveles finales de la que llegue a los hogares en 45 miligramos, por debajo del límite de 50 que se marca para que sea potable.
La previsión que maneja el Ayuntamiento de Maó es que las obras de construcción de la planta desnitrificadora estén acabadas en el verano del año que viene. Luego, su puesta en funcionamiento dependerá de que se lleven a cabo y salgan bien las diferentes analíticas, una cuestión que, a tenor de precedentes similares, puede demorarse de forma importante en el tiempo.