Vecinos y representantes de la Associació de Veïns Ciutadella Vella han mantenido una reunión con la alcaldesa, Joana Gomila, y el regidor de Urbanismo, José López, para expresar su preocupación ante la creciente despoblación del núcleo histórico y su transformación en zona turística, que opinan que va en detrimento de su uso residencial tradicional. La despoblación del centro de Ciutadella se pone de manifiesto, dicen, con una edad de población cada vez mayor sin que haya recambio generacional.
También han pedido soluciones urgentes a los inconvenientes que sufre esta zona por la ejecución simultánea de ocho obras, tres de ellas, en las calles más habitadas del casco antiguo, explican. Se refieren en este sentido al «incumplimiento sistemático de la normativa por parte de constructoras, empresas, propietarios y particulares». Que se manifiesta, dicen, con falta de información especificando la licencia de obras o con calles con camiones y grúas que obstruyen el paso sin señalización. De la misma forma, han expuesto cómo les afecta el problema de falta de aparcamiento y consideran que la zona verde es insuficiente durante todo el año para dar cabida a los coches de los residentes.
Manifiestan que no están en contra de los hoteles de interior, pero que en dos años se han concedido más de 30 licencias para hacer pequeños hoteles, en detrimento de las viviendas familiares. «Tenemos dudas -dice Antoni Català, presidente de la Associació de Veïns de Ciutadella Vella- de que haya una infraestructura suficiente para soportar esta presión humana». Piden, en definitiva, «políticas reales para facilitar y motivar la vida del casco antiguo, y que pueda seguir siendo motor económico sin ser transformado en parque temático para el turismo».
La preocupación de los vecinos del casco antiguo es compartida por el el equipo de gobierno municipal, según ha manifestado el regidor de Urbanismo, y será trasladada a la junta de portavoces que se celebra hoy, con representación de todos los partidos políticos. No obstante, López no se muestra demasiado optimista para poder invertir esta situación; «prohibir o parar licencias de hoteles no es tan fácil», manifiesta. Y recordó que hace menos de tres años se aprobó una modificación del plan especial del núcleo histórico para que aquellos edificios que no tuvieran este uso pudieran solicitarlo. Esta última modificación del plan especial, recuerda, solo tuvo, de 21 votos, seis en contra. El regidor de Urbanismo considera que quizás en aquel momento no se tenía un alcance real de lo que aquel cambio podría llegar a significar.