Un aparcamiento completamente vacío y otro prácticamente lleno. Son las dos realidades que separan los pocos kilómetros de las playas vírgenes de Macarella y Cala en Turqueta, en el primer día de la puesta en marcha del bus lanzadera y la prohibición de ir en coche hasta Macarella, para evitar los constantes atascos registrados los veranos anteriores.
La novedad del servicio y el hecho de que la información (de que el aparcamiento está cerrado) todavía no haya llegado a los turistas, junto a que el día por culpa del viento no acompañaba, hizo que pocos bañistas utilizaran el bus en el primer día. Subieron al autobús unas 50 personas, según los datos de Autocares Torres, empresa que se hace cargo de la línea.
Hace justo un año, en el estreno de los informadores, se llegaron a acumular en el aparcamiento de Macarella antes de las 13 horas de un 15 de mayo un centenar de coches, teniendo en cuenta una media de dos o tres ocupantes por vehículo, equivale a entre 200 y 300 personas.
El gerente de Autocares Torres Isidro Bellota destaca que hay que tener en cuenta de que la campaña informativa se inició hace unas dos semanas, y que la afluencia de pasajeros irá a más en los próximos días, una vez los turistas se enteren de que solo se puede ir en bus. De todos modos, Bellota se da «por satisfecho», ya que estas fechas «en las playas vírgenes no hay mucho movimiento». Pone como ejemplo el servicio de bus de Cala en Turqueta que ayer registró 16 pasajeros, el de La Vall 13 y el de Son Saura, 7.
La escasa afluencia de turistas en Macarella choca con la elevada presencia de turistas en Cala en Turqueta. A las 13 horas de ayer había ya 95 coches en un aparcamiento que a los 120 vehículos se cierra. Es decir que justo en el arranque de la temporada el parking de Cala en Turqueta estaba ya al 80 por ciento de su capacidad, y eso que el tiempo no invitaba al baño.