Los responsables de la granja de caracoles «Es Caragol de Menorca» han encontrado un ejemplar de gasterópodo que es único en su especie, la Viñal, por ser el primero que se identifica como zurdo, es decir, que tiene las ranuras y la salida del caparazón a la izquierda.
El caracol ha sido bautizado como Joana y se encuentra en la Universidad de Nottingham (Inglaterra), bajo la tutela del profesor en evolución y genética Angus Davison.
Davison descubrió hace años la existencia de caracoles zurdos al encontrarse un ejemplar de estas características, de la especie Bover, a las afueras de Londres, que fue llamado Jeremy.
El equipo del doctor de la Universidad de Nottingham realizó un llamamiento a nivel mundial y recibió once caracoles zurdos de todo el mundo, incluido Tomeu, mallorquín de Binissalem.
Uno de los propietarios de la granja «Es Caragol de Menorca», Rodrigo Romero reconoce que alucinó cuando identificó un ejemplar zurdo salido de su terreno.
Romero se muestra muy contento porque, a pesar de cifrar en una entre un millón las posibilidades de hallar un caracol zurdo, en ha encontrado uno. «Por mis manos no han llegado a pasar tantos», señala.
Los responsables de «Es Caragol de Menorca» se pusieron inmediatamente en contacto con el doctor Angus Davison y este les emplazó a enviarle el animal para su posterior estudio e intentar la autofecundación. Rodrigo Romero recuerda una de las frases que el profesor Davison pronunció: «En 20 años de estudios nunca vi un caracol zurdo de la especie Viñal».
Joana vive ahora en el invernadero de la Universidad de Nottingham, donde, en una primera fase, se intentará una autofecundación y si no resulta se hará un llamamiento a nivel mundial para aparearla con otro caracol zurdo de la misma especie.
Se estima que en Inglaterra estará de 2 a 3 meses y si los propietarios lo reclaman volverá a Menorca.
La relación entre sus antecesores zurdos de la especie Bover, Jeremy y Tomeu, acabó con un centenar de crías de descendencia de las que ninguna fue zurda.
Rodrigo Romero y Lola Suñé, copropietaria, detallan que como el hallazgo tuvo lugar un día antes de las fiestas de Sant Joan, «el caracol menorquín tenía que identificarse con un nombre muy arraigado en la isla».