Venían avisando, han cumplido con la amenaza y ahora están dispuestos a llegar hasta el final. El Colegio Oficial de Guías Turísticos de Balears ha iniciado una batalla legal contra lo que consideran «una trama» entre los profesionales no colegiados y el Consell –en concreto la responsable de Ordenación Turística, Elena Costa– para amparar e incluso promover el intrusismo en este polémico sector.
El colegio profesional presentó el pasado mes de enero una denuncia por revelación de secretos oficiales tras la difusión de un documento interno del Govern en el que se afirma que la contratación de guías no colegiados no supone ninguna infracción ni penal ni administrativa, cuando la legislación afirma lo contrario: «Entonces la Administración decía que ese documento no tenía ninguna validez», explicó ayer el abogado del colegio, Antoni Bennàssar.
Sin embargo, a raíz de la declaración de algunos testigos –que relatan cómo esa nota interna llegó a sus manos después de reclamar la ayuda del Consell–, el abogado del colegio ha «reorientado» su denuncia y solicitado que se amplíe para imputar por prevaricación y tráfico de influencias, entre otros, a la directora de Ordenación Turística, Elena Costa.
«En esa nota afirman incluso que ejercer sin estar colegiado no es motivo de sanción ni penal ni administrativa: encima se arrogan competencias que no son suyas», subrayaba ayer Bennàssar, quien explica que la instrucción de la causa está en una situación de impasse: «No sabemos que decidirá el juez, si ordena imputaciones o lo archiva, pero el colegio tiene pensado llegar hasta donde haga falta».
Llama la atención que en otro informe, este sí oficial y emitido por la Abogacía de la Comunidad Autónoma, se da la razón a los guías colegiados, asegurando que en cumplimiento de la ley los profesionales deben estar inscritos en el colegio oficial para poder ejercer.
Según datos actualizados de la entidad, actualmente solo siete guías turísticos que ejercen en Menorca están colegiados, mientras que, a la espera de registro oficial, calculan que por lo menos más de un centenar de guías están ejerciendo en la Isla: «Los guías colegiados son los últimos en conseguir los trabajos», lamenta Bennàssar como representante de un colegio oficial que ha dicho basta.
En paralelo, los guías turísticos colegiados han decidido iniciar una ronda de contactos con el objetivo de crear una plataforma junto a otros colegios profesionales que, según han constatado, están sufriendo una situación similar a la que denuncian: el amparo de la Administración a las actividades de intrusismo.