Las obras de la carretera general no se han dado por finalizadas y los operarios siguen trabajando. Uno de los puntos sin acabar es la entrada de El Pilar.
Aún así, el resultado final de esta zona ya puede interpretarse y no habrá cambios muy sustanciales respecto a su estado actual. Es por ello que ya se advierte que el acceso a Alpútzer Vell, el lloc situado justo al inicio del camí del Pilar, a mano derecha, se ha vuelto más complicado.
Con los trabajos ya en su recta final, el acceso principal a Alpútzer Vell se ha convertido en una cuesta con notable pendiente, de difícil paso para determinados vehículos que, además están obligados a parar para abrir la barrera de seguridad que cierra el paso a los animales de la finca. De hecho, el vehículo que necesita entrar y salir a diario (el de los arrendatarios de la finca), una furgoneta de considerable tamaño con la tracción en las ruedas traseras, no tiene capacidad para subir la cuesta, ya que tampoco tiene espacio para coger arranque. «Es comprensible, la cuesta es demasiado pronunciada, debería ser más suave», comentan los obreros de este tramo.
Dadas las circunstancias, el Consell ha abierto una nueva entrada para la finca y habilitado un paso alternativo, que se encuentra en un estado mejorable. Aún así, la administración insular se ha negado a asfaltarlo tal y como demandan los payeses de Alpútzer Vell.