Ser un destino accesible no consiste únicamente en tener «una playa adaptada» para personas con movilidad reducida «sino en que esté adaptado su entorno, eso es lo más relevante», afirmó este viernes la secretaria general de PIME-Menorca, María García, en la presentación un año más del informe que la Federació de la Petita i Mitjana Empresa elabora desde 2001 sobre el estado de las urbanizaciones. García mencionaba la accesibilidad porque la situación de las aceras, que en muchas zonas ni existen, en otras «tienen un palmo», están llenas de baches o invadidas por las malas hierbas, es sin duda el parámetro de calidad que peor parado sale en la encuesta. Muchas de las aceras de las urbanizaciones menorquinas son intransitables para los viandantes, no digamos ya para quienes se mueven en silla de ruedas o empujan un cochecito infantil.
Por ello la dirigente empresarial insistió en que la Fundació Foment del Turisme tiene interés en potenciar Menorca como destino accesible y en promocionarla en dicho ámbito «pero nosotros pensamos que aún queda mucho por hacer». El mal estado de las aceras y la falta de vallado de los solares, son las quejas más reiteradas en las encuestas de valoración realizadas entre empresarios y particulares. «Es cierto que muchos ayuntamientos pueden responder que eso depende del propietario, no obstante la Administración también tiene instrumentos para poder ejecutar en nombre del propietario estas infraestructuras (las aceras) y repercutirlas, al igual que en el vallado de solares, la garantía de retorno de la inversión es el solar», aseguró María García.
Sondeo
La encuesta de PIME-Menorca evalúa 34 urbanizaciones atendiendo a 14 parámetros: carretera de acceso, limpieza de la playa, alumbrado público, señalización de tráfico, aparcamientos, vallado de solares, zonas verdes, aceras, limpieza viaria, asfaltado y red de telefonía e internet. PIME ha recibido 300 respuestas, señaló ayer su director general, Jordi Bosch, con valoraciones que han sido revisadas in situ por sus técnicos. El sondeo se realizó entre el 9 y el 24 de mayo y según el presidente de la patronal, Justo Saura, su publicación ha esperado hasta final de mes para no interferir en la campaña electoral. Imagen y seguridad, aseguró, son los dos elementos que están en juego en las urbanizaciones turísticas.
De las 34 urbanizaciones analizadas repiten entre las peores dos de Sant Lluís, Binibèquer Nou y Binissafúller, que suspenden en seis parámetros. Las dos ya ocuparon ese lugar a la cola el año pasado. Entre las mejores están Cala Llonga y Es Grau (también repiten) y este año en Maó se suma Sa Mesquida. Port d'Addaia en Es Mercadal y Sant Tomàs en Es Migjorn aprueban en la mayoría de parámetros, pero de nuevo se repite la queja de los solares sin vallar y la falta de plazas de aparcamiento, un problema que se cronifica en muchas de las zonas turísticas.