Una semana después de que el puerto de Ciutadella haya recuperado la normalidad, se ha convertido en una visita obligatoria para aquellos que han visto, poco a poco, como cambiaba su imagen. La valoración ha sido unánime entre los consultados por este periódico. El resultado final ha gustado.
Tras un invierno de obras (de octubre a junio), la opinión popular reconoce que se ha hecho una gran mejora. Algunos, incluso, se mojan y se atreven a decir que prefieren las sombrillas de ahora a los toldos anteriores, muy a pesar de los restauradores. En cuanto a la muralla, hay alguna opinión dispar. Hay quienes la prefieren con alcaparras, por considerarlo más «natural» o «elegante», y otros opinan que limpia está perfecta.
Sin embargo, ha habido un ‘pero' coincidente entre varias opiniones recogidas. El calendario de la obra ha perjudicado a los trabajadores de la zona e, incluso, con la reforma finalizada, algunos lo siguen recordando.
La otra perspectiva
Los representantes de las administraciones implicadas en la obra visitaron este sábado el puerto para poner punto y final al proyecto que empezaron en 2017 y que ha sido ejecutado en dos fases (dos inviernos).
La alcaldesa de Ciutadella, Joana Gomila, el conseller de Territorio, Energía y Movilidad del Govern, Marc Pons y la presidenta del Consell, Susana Mora, valoraron de forma muy positiva el proceso que ha seguido la reforma y, también, el resultado obtenido, en cuanto a mejora de infraestructuras y de embellecimiento. Además, también se congratulaban por haber acabado en plazo (primera semana de junio).
En cuanto a las críticas de calendario, alegan que no había otro margen posible. Aun así, entienden las molestias que genera una obra, pero prefieren mirar lo positivo y están convencidos de que ha valido la pena.