A partir del 1 de enero de 2020 el Ayuntamiento de Maó cambiará por completo su gestión interna del cobro de impuestos y multas, aunque en principio el ciudadano recibirá el mismo servicio. En estos momentos, esta función es asumida por una empresa, La Auxiliar de Recaudación, con un contrato suscrito en 2015 a través de un concurso público.
Sus tareas se dividirán a partir del año que viene en dos bloques. Por un lado, la recaudación tributaria en fase voluntaria será asumida por el propio Consistorio, es decir, remunicipalizada. Esta medida conllevará la contratación en breve de nuevo personal, en concreto tres administrativos y un técnico, para que el 1 de enero esté plenamente activo el servicio, según explica la teniente de alcaldía de Hacienda, María José Camps. Pese a este incremento de plantilla, asegura que el se produce un ahorro en los costes.
En cuanto, al servicio de asistencia en recaudación tributaria ejecutiva (cuando el ciudadano no ha pagado y se le tiene que reclamar), así como la recaudación tanto voluntaria como ejecutiva de las multas, será realizada por la empresa CGI, pero no con un concurso del Ayuntamiento de por medio como se ha hecho en los últimos años, sino a través de un acuerdo marco con la Federación Española de Municipios y Provincias que tiene ya un contrato con esta sociedad a través de su central de contratación. La Junta de Gobierno local ha acordado ya su adhesión a este acuerdo marco de la FEMP, con el que la federación pretende ayudar a las entidades locales.
Mayor eficiencia
Camps explica que a comienzos de año se realizó un estudio de alternativas sobre la prestación del servicio de recaudación municipal, y que en base a su resultado el equipo de gobierno ha concluído que con estas fórmulas resultará más eficiente.