El proyecto de presupuestos del Consell para el año que viene vuelve a echar mano de los préstamos bancarios, un recurso al que no acudía desde el año 2012 y que busca compensar la caída de las transferencias que llegarán desde el Govern, que lastra la capacidad de invertir con recursos propios. Para poder mantener –e incluso incrementar– el capítulo de inversiones, la máxima institución insular prevé la contratación de un préstamo bancario de 1,9 millones de euros, aunque aclara que se ha incluido –sin asignarlo a una partida concreta– para cuadrar el presupuesto y que solo lo hará efectivo en el caso de que se agote el dinero para las inversiones que cuentan con partida presupuestaria.
Es uno de los aspectos más llamativos de los prepuestos del Consell para el año 2020, que a pesar del recorte del Govern crecen un 0,5 por ciento hasta los 98,3 millones. Las cuentas fueron presentadas esate lunes por las tres cabezas visibles del pacto tripartito de gobierno, la presidenta Susana Mora, la vicepresidenta Maite Salord y la consellera Cristina Gómez, acompañadas del conseller de Servicios Generales, José Pastrana, quien llamó la atención sobre una de las principales novedades, una caída significativa de 2,4 millones en los capítulos de gasto relativos al pago de intereses y a la devolución de deuda. La razón, la concertación de cuatro operaciones de crédito a largo plazo, tres para liquidar la indemnización a Cesgarden y otro para Princesa Son Bou. Dejar de pagar directamente a las empresas o los juzgados y pasar a hacerlo a los bancos le ha supuesto un alivio financiero mayor que el nuevo endeudamiento previsto.