La Conselleria insular de Movilidad descarta realizar mejoras para aumentar la seguridad en el cruce de Torre-solí y en el giro para acceder a la gasolinera de BP en Es Mercadal, como planteó ayer en el pleno del Consell el conseller de Cs, José Negrete, en la que fue su última interpelación al equipo de gobierno ya que estaba a punto de formalizar su dimisión.
En lugar de esa inversión, ahora mismo materialmente imposible para el Consell, según admitió la consellera Francesca Gomis, se ha acordado con la Jefatura Provincial de Tráfico aumentar el control de la velocidad en el punto más conflictivo y que registra más accidentes, el cruce de Torre-solí. Allí se instalará un nuevo radar fijo y se reducirá la velocidad máxima permitida a 50 kilómetros por hora; con anterioridad ya se había bajado el límite a 60 y ahora se reduce diez kilómetros más.
Gomis explicó que tras un encuentro con Teresa Yoldi, delegada de Tráfico en Menorca, se acordó esta solución para intentar rebajar la siniestralidad en este punto de la carretera general, en el que se registran numerosas colisiones. Con el apoyo de la delegada en la Isla la Jefatura Provincial en Palma dio su visto bueno a esta medida, que será una realidad probablemente a comienzos de 2020. Mientras no se cuente con ese radar fijo Gomis anunció que se incrementarán los radares móviles en la zona.