La operatividad del puerto exterior de Ciutadella ha estado este 2019 más marcada que nunca por las inclemencias meteorológicas, que han obligado a interrumpir su actividad hasta en 25 ocasiones, la suma más alta registrada en los últimos seis años
Traducida en días, el dique de Son Blanc ha permanecido inoperativo un total de 39 jornadas, seis más que durante el 2018 (33), año en que también se dio la orden de cierre más de veinte veces.
En cambio, desde el 2014 y hasta 2017 el balance anual se mantuvo entre las 12 y 15 veces, lo que indica que, a pesar de las últimas inversiones realizadas por parte Ports de les Illes Balears enfocadas a la mejora del puerto, el número de cierres se ha disparado durante los dos últimos años, alcanzando este 2019 su récord histórico.
La más reciente, precisamente en 2017, fue la instalación de una estación meteorológica, un sensor de oleaje y dos mareógrafos que permiten que el dique no permanezca cerrado más horas de las necesarias, proporcionando una información más exacta acerca de los criterios que imponen el cese de la actividad y que se encuentran recogidos en el Plan de Cierre elaborado por Capitanía Marítima en 2012.
Este documento recomienda cerrar el puerto cuando haya un viento superior a los 46 kilómetros por hora o se registren olas de más de dos metros de altura. Dos límites que se reducen en el caso de las embarcaciones mayores de 130 metros. En este caso, no pueden superarse los 37 kilómetros por hora ni las olas superiores al metro y medio.
Aunque estos factores de viento y agitación ya se tuvieron en cuenta durante los estudios previos a la construcción del dique de Son Blanc, los registros revelan que fueron subestimados. Desde que entró en funcionamiento en mayo de 2011, ha permanecido inoperativo, aproximadamente, unas 236 horas anuales. Las previsiones iniciales del proyecto estimaban una media de 250 horas
Maó como alternativa
Aunque las navieras que operan en el puerto exterior de Ciutadella ya cuentan con estas circunstancias no pueden evitar cierto trastorno en su operativa. Sin embargo, desde Transmediterrànea destacan que Menorca presenta una ventaja operativa que les permite mantener el servicio. «La solución a este impedimento pasa por mantener la operatividad con el puerto de Maó», expone el director de comunicación de la compañía, Juan Carlos Díaz, que también admite que el temporal de invierno puede alterar el cumplimiento de la programación.
En cualquier caso, destaca, lo más importante es salvaguardar siempre a personas y bienes y retroceder cuando «la madre naturaleza excede el compromiso técnico y operativo».