Los pescadores profesionales de Menorca han comenzado el año muy pendientes de la nueva ley de pesca de arrastre y de las nuevas restricciones que pueda suponer para el sector.
Según explican desde las cofradías de Maó y de Ciutadella está previsto que se apruebe a finales de este mes y podría implicar una reducción de la jornada de trabajo para este tipo de embarcaciones. «Ahora mismo, teniendo en cuenta las vedas, fines de semana, festivos y mal tiempo trabajamos de media unos 200 días al año y se está hablando de reducir esta cuota un 10 por ciento», explica el patrón mayor de Ciutadella, Xavier Marquès quien calcula que esta rebaja implicaría «un mes menos de trabajo», dejando en solo 180 los días hábiles para faenar. «Nos quedarían pocos días», lamenta Marquès.
Por su parte, el patrón mayor de Maó, José Quintana, recuerda que ya son muchas las limitaciones que pesan encima de este sector y asegura que «si se aplican nuevas restricciones no logrará sobrevivir». «Ya veremos por donde van los tiros al final», añade.
Las vedas, las paradas biológicas o las zonas protegidas , por ejemplo, son medidas enfocadas a preservar las poblaciones de las diferentes especies de pescado y marisco y que se aplican a los pescadores profesionales. Sin embargo, expone Marquès, no existe ningún control sobre la pesca recreativa.
«Se ha trabajado mucho con la normativa de la pesca profesional, tenemos muchas inspecciones, se nos quitan días, se nos controlan las capturas. En cambio, la normativa no tiene en cuenta a los recreativos», explica.
Sin embargo ahora, agrega Marquès, Europa -desde donde se emiten las normas- empieza a dar importancia a la pesca recreativa, a tener en cuenta el peso que tiene en muchas regiones como España, Italia o Francia y la cantidad de pescado y marisco que puede llegar a capturar.
«Es cierto que un kilo de calamares no afecta a la especie. Pero muchos recreativos, muchas barcas y muchos días al año ya es diferente», compara.
Aunque, de momento, la pesca recreativa solo ha empezado a formar parte del debate, según explica Marquès, se empezará a tener en cuenta para elaborar normativas e, incluso, podría contemplarse la aplicación de algunas restricciones.